Pocas obras disponen tanta intensidad como la que goza “Sola en la Oscuridad”, un magnífico thriller del gran Terrence Young, que vuelve a sorprendernos por gran capacidad de dirigir películas de cualquier tipo de registro.

Su trama o planteamiento, se nos puede antojar simple, no obstante, eso es un gran elogio atribuible al film, pues con la mayor simpleza de todo tipo de recursos, hace que nos montemos en una mastodóntica montaña rusa que al bajar de ella no deja a nadie indiferente gracias a su lograda ejecución.

Como ya se ha mencionado, su trama es sencilla, donde nos coloca a una mujer ciega que por una serie de circunstancias acaba en sus manos una muñeca llena de heroína la cual unos hombres, encabezados por un psicópata, desean recuperar a toda costa.

Los hombres se valdrán de las limitaciones de la mujer con todo tipo de maquinaciones para descubrir dónde esconde la muñeca, lo que ignoran, es que pese a ser ciega, la mujer es de lo más inteligente y no les pondrá las cosas fáciles.

La película se desarrolla en un espacio muy limitado (la casa de la ciega), al igual que el número de personajes, muy pocos pero todos con una personalidad muy marcada. Todas estas características son, a la vez, sus mayores bazas, pues hacen que gane mucha intensidad.

Sus actores, resultan todos espléndidos. Hepburn logra una destaca actuación como mujer ciega, y Alan Arkin está brillante como el líder psicópata dispuesto a recuperar la muñeca, pocas veces el cine nos ha regalado con actuaciones tan espléndidas como la que nos ofrece Arkin.

Por si fuera poco, el film está dotado de una gran intensidad, con un muy ingenioso guión que nos mantiene en vilo durante toda su ejecución y nos deleita además con un intenso y gran final. Todo un ejemplo de cómo realizar un thriller ejemplar. Muchas películas deberían aprender de ésta, la cual no le afectan los años.