Cuando ves "Las dos torres", te das cuenta de que ésta es mejor que su predecesora, pero sospechas que no lo será tanto como la última entrega; y es que, con esta película, Peter Jackson le está indicando al espectador que la trilogía de "El Señor de los Anillos" va in crescendo, tratando de resistir el envite final con "El retorno del rey". De esta segunda parte cabe destacar sobre todo la batalla final en el abismo de Helm y, sobre todo, la aparición de Gollum, un personaje recreado increíblemente por ordenador y que jugará un papel fundamental en la historia a partir de entonces, moviéndose siempre con su doble personalidad, tratando de liberar el mal que hay en él, pero al mismo tiempo atrapado sin salida. Este "monstruo" hechizado por el poder del Anillo se convierte, en mi opinión, en el protagonista absoluto de esta segunda entrega, hasta el punto de que Howard Shore crea una canción expresamente dedicada a él, de una atmósfera sombría y con una interpretación desgarradora de la cantante Emiliana Torrini, en un intento por reflejar la tristeza y la maldad de Gollum. Uno de los mejores temas de la trilogía que, incomprensiblemente, no fue galardonado con el Oscar.
Por último, apuntar que la parte más pesada de la película es, sin duda alguna, la de Bárbol y los Ents, aunque era inevitable plasmarla en la pantalla si se deseaba ser fiel a Tolkien.