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sargentobilko rating:
9
7.6
46,502
Drama
Jack is a young boy of 5 years old who has lived all his life in one room. He believes everything within it are the only real things in the world. But what will happen when his Ma suddenly tells him that there are other things outside of Room?
Language of the review:
- es
March 2, 2016
2 of 2 users found this review helpful
La Habitación.
Hay un viejo dicho que reza, “Ten cuidado con lo que deseas, se puede convertir en realidad”. Y es así, y lo mejor de todo, es enfrentarse a un film sin tener ningún tipo de referencia, sin ningún tipo de idea más allá de las dos líneas que dan como primera idea y sinopsis.
Sin trascender nada más, sólo invito a todo el mundo a que la vea, a que entre en un mundo real que existe y no vemos. Hipnótico de principio a fin.
9/10
Hay un viejo dicho que reza, “Ten cuidado con lo que deseas, se puede convertir en realidad”. Y es así, y lo mejor de todo, es enfrentarse a un film sin tener ningún tipo de referencia, sin ningún tipo de idea más allá de las dos líneas que dan como primera idea y sinopsis.
Sin trascender nada más, sólo invito a todo el mundo a que la vea, a que entre en un mundo real que existe y no vemos. Hipnótico de principio a fin.
9/10
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
SPOILERS
Es lícito, no, es obligatorio buscar un mundo mejor, y evidentemente nuestra protagonista así lo quiere hacer al haber conocido otro, mucho distinto y mucho mejor que el que conoce. Pero el pequeño, no conoce otro, sólo el mundo que se vive en Habitación, no hay un mundo sino plano televisor y mucha imaginación como corresponde a quien no ha conocido otra realidad.
Brillantes interpretaciones tanto de hijo como madre, brillante el guión al mostrarnos que hay más allá de la liberación en sí, el cómo descubrir un mundo en el caso de Jack, en el que todo es una cosa nueva, una aventura, es importante cómo ha de aprender a subir y bajar escaleras, cómo vemos como no sabe correr más allá de los cuatro pasos que puede dar en Habitación, y de cómo en un momento dado, pide volver allí, donde, tanto él como su madre, estaban seguros, era su particular hogar.
Dura, durísima la realidad del día después, del ver cómo el mundo que conocías se ha ido desmoronando en los siete años de cautiverio. Dura la realidad del después, de cómo hay que irse adaptando, de cómo, una vez más, los medios de comunicación, es pos de una mal entendida libertad de comunicación, del saber del público, que normalmente, poco importa y mucho hunde al perjudicado. Ese afán morboso y cruel del ser humano de conocer los males ajenos de otros para así hacernos sentir mejor en nuestra miseria. Miseria en definitiva que no tiene ningún complejo en hundir la vida de nadie sin tener el más mínimo atisbo de servir para algo.
Es lícito, no, es obligatorio buscar un mundo mejor, y evidentemente nuestra protagonista así lo quiere hacer al haber conocido otro, mucho distinto y mucho mejor que el que conoce. Pero el pequeño, no conoce otro, sólo el mundo que se vive en Habitación, no hay un mundo sino plano televisor y mucha imaginación como corresponde a quien no ha conocido otra realidad.
Brillantes interpretaciones tanto de hijo como madre, brillante el guión al mostrarnos que hay más allá de la liberación en sí, el cómo descubrir un mundo en el caso de Jack, en el que todo es una cosa nueva, una aventura, es importante cómo ha de aprender a subir y bajar escaleras, cómo vemos como no sabe correr más allá de los cuatro pasos que puede dar en Habitación, y de cómo en un momento dado, pide volver allí, donde, tanto él como su madre, estaban seguros, era su particular hogar.
Dura, durísima la realidad del día después, del ver cómo el mundo que conocías se ha ido desmoronando en los siete años de cautiverio. Dura la realidad del después, de cómo hay que irse adaptando, de cómo, una vez más, los medios de comunicación, es pos de una mal entendida libertad de comunicación, del saber del público, que normalmente, poco importa y mucho hunde al perjudicado. Ese afán morboso y cruel del ser humano de conocer los males ajenos de otros para así hacernos sentir mejor en nuestra miseria. Miseria en definitiva que no tiene ningún complejo en hundir la vida de nadie sin tener el más mínimo atisbo de servir para algo.