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Melón tajá en mano rating:
10
TV Series. Thriller. Drama TV Series (2002-2008). 5 Seasons. 60 episodes. This unvarnished, highly realistic HBO series follows a single sprawling drug and murder investigation in Baltimore. Told from the point of view of both the police and their targets, the series captures a universe of subterfuge and surveillance, where easy distinctions between good and evil, and crime and punishment, are challenged at every turn. The first season concentrated on the ... [+]
Language of the review:
  • es
December 23, 2015
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Después de tres meses limpiándome la baba, no asumo ningún riesgo diciendo que The Wire es una de las mejores series de la historia de la TV. Hay poquísimas verdades tan absolutas como esta. Tampoco me arriesgo diciendo que la ficción creada por David Simon tiene muy poco de ficción y que, en realidad, se trata de la mejor radiografía jamás realizada del capitalismo y su crueldad intolerable.

No hay lugar para la mentira durante los 60 legendarios episodios de The Wire y, sin embargo, casi todo gira alrededor de ella y de su constante apuesta por hacer crecer la mala hierba. La mentira como piedra angular de un sistema empeñado en hacer invisibles a los más débiles, de un juego donde pierde el que menos tiene, de un tablero preparado para prescindir del ciudadano que no le aporta beneficios.

Partiendo del éxito personal a cualquier precio y haciendo hincapié en la angustiosa necesidad de llenar los vacíos que dejan las frustraciones, The Wire nos empuja al agujero infinito de los que se saben prescindibles. El túnel sin luz al final de los que no tienen salida pero siguen buscando su sitio. El pozo que no devuelve el abrazo del eco a los que no son aceptados y siguen buscando que le dejen subir escalones hacia la sobrevalorada normalidad.

Los protagonistas no son buenos ni malos. Los seres humanos sólo son blancos o negros dependiendo de la parte del tablero que les haya tocado defender. Y no siempre coincide con el color de la piel.

Los protagonistas no son los policías. Ni los periodistas. Ni el narcotráfico. Ni siquiera el periodismo. Tampoco la (sin) clase política. Baltimore es la excusa. Un escenario tan perfecto como cualquier otro para dejar que cada pieza ocupe su lugar y cumpla la función que el sistema necesita para seguir girando y engullendo a los auténticos protagonistas de esta historia: víctimas que ocupan las esquinas, que se esfuman en las casas abandonadas o que resisten en lugares denostados al olvido.

Los peones. Los soldados. Los prescindibles.
Melón tajá en mano
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