Roger Corman es el productor de esta película, su intención era trabajar junto a Jean Claude Van Damme, pero tras la negativa de este, contrato a un novato delante de las cámaras como era el campeón de Kickboxer, Don Wilson, personaje mucho menos carismático.

La película nos recuerda mucho a una de las primeras películas del actor belga, Contacto Sangriento, pero con un resultado final mucho peor, el prota se ve obligado a acudir a un torneo marcial que se celebra en Manila, donde ese encuentran los mejores luchadores, para poder resolver la muerte de su hermano. Las actuaciones de los actores y las coreografías de los diversos combates son bastante deficientes y personalmente Don Wilson me parece de lo más sosaina y nada especial como artista marcial. Señalar la aparición secundaria de otro luchador experto, Billy Blanks (El Rey de los Kickboxers) actor de películas de acción de los videoclubs de los 90.

Película no recomendable, aunque tuvo cierta notoriedad y por ello se realizaron diversas secuelas, es aconsejable acercarse a cualquiera de las primeras películas de Van damme mejor que esta.