Resultó ser una sorpresa para mi encontrarme con este corto. No esperaba visionar nada especial pero enseguida me di cuenta de que mis próximos trece minutos iban a ser interesantes.

Desde los primeros compases pude detectar un aroma "buñuelesco" que combinaba lo serio con lo absurdo entrelazado con un gusto exquisito o al menos tan exquisito como para captar todas las atenciones del espectador desde el principio hasta el final.

Lo que parecía un duelo al sol en mitad del desierto entre dos tipos épicos, rudos e intratables, se termina convirtiendo en un conflicto de egos dentro de un escenario laboral crudo y salvaje.

Cada personaje tiene interiorizado un particular egoísmo y un excesivo amor propio que se traduce en un jaleo de difícil control cuyos matices invitan cuanto menos a reírte de todo y de todos.

Un trabajo humilde, original y de amplio sentido que a buen seguro, los buenos cinefilos sabrán degustar.