Tengo que reconocer que la película es realmente meritoria y no solo por su gran trabajo técnico, sino por saber mezclar tan originalmente un guión tan disparatado.
Y es que el ver poseídos a ritmo de pasodobles españoles tiene tinta. La idea está muy bien hilada y la originalidad es digna de mención.
Ahora bien, ¿Me ha gustado? Bueno, no es que me haya encantado, pero resulta tan distinta y única que cae hasta simpática. Quizás en algunos pasajes se me hizo algo pesada, aunque a medida que pasan los minutos va creciendo en ganas y se deja ver a gusto si entras en su juego.
No esperéis el clásico terror al uso, ni tampoco que sea una película para tomársela en serio, si vais por ese lado puede que no entréis nunca en su punto.
Los efectos especiales de maquillaje son excelentes, y digo excelentes porque para tratarse de una cinta con un presupuesto tan bajo, cumplen sobradamente.
Las actuaciones son otro de sus puntos fuertes, Ramiro Blas hace un papelón, prácticamente lo mejor de toda la peli.
Distinta y amena.