Sobriedad (mucha) y realismo en su estética, inteligencia y mordacidad en su historia, agilidad (mucha, hasta el punto de convertirse en un recurso que se vuelve en contra de la película) en su desarrollo... son las principales armas que esgrime In the Loop para mostrar que esto de la política, a parte de ser un campo de batalla donde cada uno vela por sus intereses personales, es un chiste.

Las hilarantes situaciones presentadas en In the Loop son verosímiles, mas no por ello veraces. No sé si se darán muy a menudo, o alguna vez, pero ello no quita que la política actual sea, de una forma u otra, un chiste.

Por suerte para el espectador del espléndido trabajo de Armando Iannucci, el chiste es más que gracioso. La agilidad perjudicará por momentos al filme, pero aplicada a las irónicas conversaciones entre los bien trazados personajes (la mala baba de algunos y la estupidez de otros hacen una conjunción cómicamente idónea), funciona eficazmente como herramienta de inducción a la carcajada.