Original historia de un hijo que hará todo lo posible por hacer feliz a su madre cuando ésta sale de un coma, el muro de Berlín ha caído mientras ella estaba en el hospital pero todo debe seguir igual cuando vuelva a casa.

Se dan situaciones cómicas en medio del drama familiar que sustenta la trama, esto hace que la historia resulte más amena y no se convierta en una película que pueda deprimir al espectador.

Buena ambientación del Berlín de finales de los 80 y buenas actuaciones con un Daniel Brühl que en esta ocasión me ha gustado especialmente, el resto del reparto también cuaja buenas interpretaciones.

Atentos a una escena en particular hacia el final de la película, la miradas entre madre e hijo mientras ven la "televisión" en el hospital son fabulosas.