La verdad es que aunque hayan pasado más de 40 años de los hechos que se cuentan en esta película, la vida sigue igual. Los políticos viviendo del cuento, del pueblo, disfrutando y ocultando una doble vida...hasta que sale a la luz.

Por primera vez veremos una película en la que Jason Statham interpreta más que atiza. Con exactitud comienza a repartir mamporros a partir del minuto 90 del film en adelante y podemos centrarnos más en su capacidad interpretativa. Lo cierto es que este producto es de los que enganchan desde el comienzo, negocios sucios, personajes siniestros, los típicos buenazos, personajes del pasado que aparecen de nuevo, un plan de robo y todo lo que conlleva llevarlo a cabo. Terry no consigue arrancar con su negocio de venta de coches y sus acreedores son cada vez menos pacientes y más violentos. Entonces aparece un antiguo romance, la bella Martine, la cual le propone un golpe fácil. Entrar en la cámara acorazada de un banco que estará una semana sin ningún tipo de alarma y quedarse con todo el contenido de dichas cajas de seguridad. Para ello Terry se arma de un buen equipo, vigilante, dependiente, excavador, auxiliares etc. Son muchos, pero supuestamente habrá para todos.

Sin embargo y como casi siempre no es oro todo lo que reluce y lo que parecía un trabajo sencillo y sin peligro, se convierte en algo muy peligroso, donde serán perseguidos no solo por la policía, sino por el servicio secreto del estado. Mientras tanto, y cuando se informa de que el contenido de las cajas ha sido robado, políticos y altos cargos se ponen nerviosos. ¿Qué había en esas cajas para provocar tanto pánico? ¿joyas? ¿dinero falso? ¿documentos confidenciales? Terry y su equipo tendrán que no solo luchar por sobrevivir, sino descubrir porque sus cabezas han cobrado un valor tan importante para asesinos del gobierno.


Sin duda lo mejor que he visto de acción durante lo que va de año. Muy recomendable.