Gracias, gracias y mil gracias a Dani de la Torre por atreverse con un producto así. Para los que nacimos en la década de los setenta, esto es puro caviar. En nuestra época actual estamos rodeados de adelantos que nos facilitan la vida, de un avance tecnológico que en muchos casos era un mero sueño hace tiempo, sin embargo, con la mano en el corazón, no cambio mis años de juventud por ésta actual ni loco. Ni aunque me ofrezcan dinero. Hoy los niños tienen de todo y son unos infelices, porque exigen más y más para ser felices, con lo poco que necesitábamos antes para divertirnos. Simplemente observen los chavales que hay en la calle y comparen, antes nos llamaban para entrar, ahora hay que obligarlos a salir. Gran diferencia.

Bueno, en cuanto a la peli, está bien definida como el Stand by me a la española. Me ha encantado todo, la puesta en escena, el vestuario, la ambientación, como se han trabajado hasta el más mínimo detalle en la historia, observen el viernes por la noche la familia delante del televisor viendo el un, dos, tres. Intenten hoy día reunir a la familia así para ver todos un mismo programa. Im-po-si-ble.

El hecho de acabar el verano, era sinónimo de diversión, de volver a ver a los amigos del lugar donde veraneas, a los cuales sólo ves en ese periodo de tiempo y que te unen a ellos como hermanos de sangre. La historia se desarrolla en un pueblo y es más personal que una ciudad, pongamos como ejemplo Verano Azul, la joya de la corona de nuestra infancia. A pesar de que los hechos que se nos cuentan entre los cinco chavales, ocurren en apenas 36 horas, tendremos tiempo más que suficiente para disfrutar de risas, aventuras, peleas, huidas de los quinquis, atravesar zonas peligrosas, ser padrinos y conquistar la cima de la misión.

Me ha parecido una maravilla no ver rostros conocidos en la peli, porque ayuda a centrarte sólo en lo que hay y no estar pensando si encaja en el papel o comparando a los actores con actuaciones anteriores. Yo tenía ropa como algunos chavales, incluso una bicicleta como ellos, la Torrot Trial. También tendremos tiempo para el drama y la tristeza, sin llegar a la ñoñería, ni a empalagar, todo en su justa medida. Lo dicho, una auténtica maravilla para el disfrute de los que ya peinamos canas y una nueva oportunidad, para que los chavales de hoy día, dejen de ser tan exigentes y comprendan que lo que tienen ahora, es muchísimo más de lo que teníamos nosotros. Disfrutad y dejar de dar por saco a los papis.