Sergio Leone tiene gran culpa de que el género del western se haya potenciado, cuando parecía que se había quedado olvidado a un lado, se le metió entre ceja y ceja hacer un proyecto y eligió a un desconocido actor a nivel mundial Clint Eastwood y un país, España y en concreto Almería. Lo demás en historia.

Pues veinte años después, aquel desconocido actor es una estrella a nivel mundial y sigue subiéndose a los caballos y pegando tiros en plan héroe. El jinete pálido representa el western en su estado más puro, en la mayoría de los casos, hay un motivo por el cual se lleva a cabo una venganza o un ajuste de cuentas. Aquí podremos disfrutar de nuevo de esas cualidades que hicieron a los personajes de Eastwood tan apreciados para el público, donde la falta de diálogo unida a esas miradas profundas, producían un efecto poderoso en el espectador.

La trama es muy interesante, en un pueblo más del lejano oeste, existe un terreno que por lo visto está o dará oro y en concreto hay una zona que sigue siendo habitada por un grupo de buscadores de oro con sus familias. Como es lógico, un alto mando poderosísimo con un gran grupo de secuaces que lo secundan, hará la vida imposible a este grupo para que se marchen y quedarse con el terreno. Es aquí donde aparece nuestro héroe y se pondrá de parte de los más débiles, no solo ayudándolos en lo que esté de su mano, sino tratando de convencerlos que la unión hace la fuerza.

No nos vamos a encontrar al Clint solitario que tan acostumbrados nos tiene, aquí tiene muchísima vida social, trata con mucha gente, con otros más y con otros lo justo. Tendremos ocasión de ver de todo lo relacionado con el género. Es una película muy entretenida y con un contenido muy interesante. No se pierdan las escenas con dinamita, ni el desenlace con los hombres del cual debe vengarse por un hecho personal acontecido hace muchos años.

Me faltó un poco de más información sobre el personaje y ese problema de antaño.