...Mismo director y estrella masculina, la mujer fatal, el flash-back, el crimen perfecto, el buen amigo que no puede salvar al protagonista porque se empeña testarudamente en no oír sus buenos consejos, y ese inevitable destino fatalista que me fastidiaba tanto cuando era niño y cómo no, me ponía del lado del chico que al final nunca se salía con la suya y acababa muerto o en la cárcel.

Poco puedo añadir a lo que ya está escrito sobre esta película y el cine negro. Sólo un par de comentarios. El primero para la mujer fatal, que después de ver muchas películas se podrían dividir en 2 grandes grupos: las verdaderamente perversas (Body Heat, Farewell, My Lovely, The Killers, The Big Sleep, Detour...) y las simplemente egoístas (Gilda, Retorno al Pasado, The lady from Shanghai, The Devil in Blue Dress...). Sé que es una clasificación machista pero es que el propio concepto de femme fatale lo es. Las verdaderamente perversas se sirven de sus encantos para manipular a los hombres, los engañan, los utilizan, y éstos acaban, pues eso, muertos o en la cárcel. Las simplemente egoístas se dejan llevar por la pasión, los celos, el odio o el dinero y acaban arrastrando al pringao de turno, o a los pringaos, que puede haber más de uno y de dos, a cualquier sitio. Para estas últimas puede haber redención, de la que se suele beneficiar el pringao protagonista y en rarísimas ocasiones viven felices y comen perdices.

Mi segundo comentario es para un personaje espléndido, Finchley, el experto, el cerebro, todo gran golpe necesita de un experto y en este caso al igual que en The Asphalt Jungle (John Huston, 1950) el cerebro es un hombre carismático e inteligente y a la vez un perdedor, con una gran debilidad, en este caso el alcohol y en la película de Houston, las mujeres.