Innecesaria precuela es ésta tercera entrega de la saga, cuyas primeras dos partes había dirigido con maestría James Wan, y que ahora dirige el novel Leigh Whannell, habitual colaborador de Wan en varios guiones, y también actor dentro de la saga.

La historia se ubica apenas unos años atrás y sin tocar a la familia Lambert, los protagonistas de las dos primeras entregas; ésta tercera parte cuenta la historia de Quinn Brenner (Stefanie Scott), una jovencita que al querer contactar con su madre muerta se convierte en el objetivo de una peligrosa y furiosa entidad.

Ella recurrirá a los servicios de Elise Rainier (Lin Shaye), la conocida médium, que reticente a enfrentar otra vez a un temible fantasma que la acosa, decide ayudar a la chica, lo que servirá de pretexto para conocer la historia de cómo consigue integrar a su equipo de profesionales de lo paranormal, interpretados por Angus Sampson y el mismo director Whannell.

Aunque con una introducción un tanto larga, recién desatado el conflicto la sensación de terror se anuncia prometedora, pero se queda en eso, ya que Whannell nunca consigue acercarse a los niveles de suma tensión logrados en las películas anteriores.

Decepcionante es la palabra adecuada para esta tercera entrega, ya que muy temprano en el metraje la película se ha gastado sus cartuchos más sólidos y todo lo que resta para completar tiempo es una seguidilla de banales sustos y apenas un poco de humor por parte de los dos peculiares compañeros de Elise.

Todos los recursos utilizados promediando el metraje en adelante son mal aprovechados, la película se aleja del tono de sus predecesoras y es ahí cuando empieza a parecerse a tantas y malas películas de terror. Que vuelva James Wan.

http://tantocine.com/la-noche-del-demonio-capitulo-3-de-leigh-whannell/