Las posibilidades que ofrece el cine de género, además de la animación, para contar un suceso doloroso de la historia reciente son explotadas al por mayor por los directores chilenos Joaquín Cociña y Cristóbal León, tomando como punto de inspiración el nefasto caso conocido como “Colonia Dignidad’.

Tal lugar fue un asentamiento fundado por el alemán Paul Schäfer, un lugar alejado del resto del mundo donde se estableció una misión de caridad que funciona en realidad como una secta en la que Schäfer, un consumado pedófilo que fue paramédico y predicador en la Alemania nazi, controlaba por competo a la gente ahí recluida, lugar que se convirtió en un centro de tortura en los tiempos de la dictadura de Pinochet.

‘La casa lobo’ inicia con imágenes de archivo donde un locutor comenta sobre la mencionada colonia, y da a conocer el descubrimiento de un material fílmico que ha sido restaurado, resultando en lo que veremos a continuación, un relato realizado con animación stop motion, donde se narra algo parecido a un cuento de hadas, oscuro y retorcido, pero con numerosos hallazgos.

Lo que se narra en dicho cuento no tiene una estructura aristotélica, sino que es más parecido a estar presenciando una pesadilla, en donde el personaje principal, María, una joven que ha escapado de la colonia, se resguarda en una vieja casa con la compañía de unos cerdos en lo que se convertirá en una inquietante estancia.

Lo que sobresale a primera vista es el enorme trabajo en cuanto a la animación, un trabajo artesanal en el que cada detalle sobresale con un gran ingenio y destreza, consiguiendo dotar al relato de una atmósfera fantástica y al mismo tiempo perturbadora.

Pero además de lo visual, la narración consigue desdoblar ese micro universo que representa la casa donde se aloja María en un ente perverso pero que además permite múltiples lecturas y significados, toda una proeza que hay que admirar.

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