Como hizo con su correcta y menos valorada "Morir Todavía", Kenneth Branagh nos mantiene sentados en la butaca expectantes y dando vuelcos a una trama que ni los adivinos predicen.
Aunque los que hemos visto y admiramos la antigua huella de Mankiewicz esta nueva huella nos sorprende, nos seduce y nos atrapa aún más que la anterior. Quizás porqué aquí el tecnicismo empleado por Branagh (espectacular composición de planos) junto con el guión que firma el gran Harold Pinter hacen de este thriller comercial una más que correcta y apetecible película.
Michael Caine (correcto como siempre) y Jude Law (más maduro y más actor que en algunas de sus más famosas películas) llevan todo el peso en un filme que el tercer protagonista no deja de ser la cámara que Branagh pone al servicio del espectador para que no tome partido, para que no se deje seducir por ninguno de los dos "mentirosos" que tenemos frente a nuestros ojos.
Sin duda uno de los remakes más frescos de los últimos tiempos además de ver cómo Caine interpreta el papel (aquí cambiado y muy bien adaptado) que en la original interpretaba el gran Lawrence Olivier.
Rápida, fácil y apetecible para todos los que quieran un buen rato de intriga sin sangre ni asesinos en serie.