Se habla de más y se critica a veces la estética de un autor determinado, términos como pretencioso o pedante están a la orden del día, si no que se lo digan a Malick y su pretencioso Árbol de la vida. Pero afortunadamente Drive es otra cosa. Nos encontramos ante un elegante ejercicio de estilo, con un ritmo exquisito y una bso que combina perfectamente temas melosos para los momentos más íntimos con otros tracks mas rítmicos para potenciar la acción.

Es aconsejable verla una segunda vez para darse cuenta de lo hipnótico de la propuesta. A Ryan Gosling le ha sentado muy bien la madurez interpretativa, después de triunfar con roles variopintos de todo pelaje se ha convertido en un raro avis, combina la duología testosterona/sensibilidad. No hay nadie como el para representar las escenas dramáticas, percha evidentemente tampoco le falta, y su acercamiento a otros roles como la comedia Crazy, Stupid, Love le convierte en un actor muy completo. Destaco a Gosling porque lleva el peso narrativo de la historia pero está acompañado por un muy buen elenco, Carey Mulligan esta exquisita en su rol de madre joven y desamparada, Oscar Isaac convence en el poco tiempo que está en pantalla, y Brian Cranston reafirma su talento con un personaje hecho a su medida.

Pero si hay algo por lo que destaca esta película es por su elegante y personal realización técnica, planos contra planos con distintos ángulos dentro del coche, efectista cámara lenta para resaltar los momentos dramáticos y una banda sonora magnética que resalta y potencia la acción. En el debe solo se le puede achacar como se dinamita la historia, de una manera un poco tosca, los momentos elegantes dan paso a una violencia cruda con la que se genera una atmosfera sórdida en los últimos minutos. Una película muy recomendable, especialmente en su primera hora de metraje, que desgraciadamente a visto retrasado su estreno en España a Diciembre de 2011.