La mejor crítica posible es la de que llega un momento en que no puedes dejarla porque tú estás en la cocina, en el comedor, en el jardín, formando parte de la familia. Te envuelve, te engancha y ya no puedes dejarla. He visto las dos primeras temporadas y ahora estoy con el "mono" en tratamiento de desintoxicación, pero sé que con la tercera volveré a recaer. Sally Field no era una de mis favoritas, me parecía cursi, típica y tópicamente americana; pero aquí llena la pequeña pantalla con cada aparición y se convierte en la figura clave para mantener un poco de equilibrio en una familia que siempre anda por la cuerda floja. Si al principio no acaba de convenceros no la dejeis, su droga irá penetrando poco a poco.