Por lo que se ve soy el único al que no le ha hecho gracia, en el doble sentido de la expresión, ésta "Un hombre lobo americano en Londres". Le doy la nota que le doy porque el principio es bueno, el final, la banda sonora y el maquillaje tampoco están mal, y por supuesto, la transformación es todo un prodigio que nada tiene que envidiar a las que se hacen hoy día, incluso seguramente sea mejor. Pero lo que es la película, la verdad es que no sé lo que pretende John Landis. Cierto, se trata de una comedia de terror pero como comentaron los productores, que no las tenían todas consigo, el guión es demasiado terrorífico para ser una comedia y demasiado cómico para ser una película de terror. De hecho todas las apariciones fantasmales sobran. Al final, el intento se salda con ninguna risa, un mínimo de suspense y bastante de tontería. Muy poco para lo que prometía al comienzo.

Claro que todavía es peor de lo que parece por lo dicho antes. Toda la parte central es muy inconsistente, además de lenta. Para más detalles, SPOILER. Por cierto, que yo también quiero una enfermera como ésta. Eso sí, si os fijáis en casa de la enfermera hay un póster de la película "Casablanca", que es como el que tengo yo, lo cual me ha dado bastante alegría. Mientras tanto, me quedo con otras aproximaciones hacia la figura del hombre lobo. Sin ir más lejos la secuela "Un hombre lobo americano en París" (1998) me pareció hace años muy divertida y mucho mejor que esta, si bien como cinta de terror clásico, la mejor que he visto es la formidable "Ginger Snaps 3" (2004). Muy recomendable. Aunque si tiramos de recuerdo, "La Bestia y la Espada Mágica" (1983) de niño me produjo hasta pesadillas. Qué miedo daba este hombre lobo. No sé si 30 años después el efecto sería el mismo.