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4
Fantasy. Action. War. Adventure The Amazonian princess-warrior Diana left her lush tropical island to dwell in our urban cityscapes of glass and steel. Tutored in the ways of the Greek warriors, and outfitted with incredible gifts the Goddess bestowed upon her people, she becomes Paradise Island's emissary to civilization.
Language of the review:
  • es
October 12, 2017
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Uno de los éxitos de la temporada, la adaptación cinematográfica del personaje de cómic de La Mujer Maravilla, que con más de 820 millones de dólares recaudados se ha convertido en la séptima más taquillera del mundo en este 2017. De todos modos, su impacto ha excedido con mucho su faceta cinematográfica al entrar en la polémica de si en realidad es feminista. En principio parecía que así lo era pero poco después la ONU retiró a Wonder Woman el cargo de embajadora honoraria por la igualdad de género bajo el poderoso argumento de que es demasiado sexy. Y para rematar James Cameron considera que la película es un paso atrás en este terreno. Por supuesto, en este debate algunos dicen que es una propuesta sexista y otros, incluida la propia directora Patty Jenkins, que es totalmente feminista. En el fondo, la cuestión es absurda porque obviamente cualquier producto, discurso, opinión o postura de la sociedad moderna es feminista de cabo a rabo, al adoptar plenamente esta filosofía. No sólo es que nadie sea machista sino que puede ser considerarse hasta delito serlo y si no lo es, esa persona se lleva al menos una fuertísima sanción social o de otro tipo.

Dejando claro que igual que todos somos demócratas porque lo contrario es prácticamente un crimen, todo el mundo es feminista. Bueno lo de "todos" es un decir pues yo no soy ni una cosa ni la otra pero se entiende que la inmensa mayoría y desde luego en las élites culturales, políticas, sociales o económicas, por unanimidad. Pero lo que sucede es que hay diversas formas de entender la igualdad de género. Resumiendo, hay feministas liberales y feministas radicales, la gran mayoría. Según los primeros, las mujeres tienen que ser libres y como fruto de esa libertad, actuar como les parezca bien. De esta forma, por ejemplo, pueden ser cazarrecompensas, boxeadoras, superheroínas pero también modelos, amas de casa o prostitutas, si ese es su deseo. En cambio el otro partido argumenta que esa supuesta libertad está viciada por unos estereotipos de género, la presión social o la educación de tal modo que la "cultura del patriarcado" la somete a una serie de roles sexistas al servicio del hombre, que además son degradantes. Es decir, que no van a permitir que las mujeres adopten un rol que consideren humillante o bien inferior sino uno igualitario, lo escojan o no las propias féminas.

Volviendo a la película, las críticas habían conseguido que le tomara simpatía a Wonder Woman (Gal Gadot) pero el efecto duró hasta que comencé a verla. Algo falla en este largometraje y no me refiero a ese ritmo pausado, al tono pomposo con la eterna musiquita, a esa trama escuálida que es una abstracción de la de "Capitán América: el primer vengador" (2011) pero cambiando de sexo, a lo ilógico de sus tesis, ni siquiera al desastroso comienzo con esta isla de amazonas, que a ver quién me convence de que no son lesbianas. El conjunto es monótono, cursi y blandito pero hay algo más. Estoy convencido de que es la mirada de una mujer, Patty Jenkins, la que termina de chafarla. Aunque Gal es mona no hay una pizca de erotismo, morbo, ni cosa parecida. Wonder Woman no cae mal pero es insulsa, le falta pasión, sensualidad, personalidad y liderazgo. Dudo que haya muchos hombres que se sientan fascinados por ella, aunque sí féminas. De hecho han podido llevar al cine a Wonder Woman precisamente porque la han vuelto un icono feminista liberal aunque para otros es demasiado guapa. Y las guapas según los feministas radicales sólo pueden ser carnaza no chicas empoderadas.
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