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1
Comedy When Shelly, a Playboy bunny, is tossed out of the mansion, she has nowhere to go until she falls in with the sorority girls from Zeta Alpha Zeta. The members of the sorority - who also have got to be the seven most socially clueless women on the planet - are about to lose their house. They need a dose of what only the eternally bubbly Shelley can provide... but they will each learn on their own to stop pretending to be what others want ... [+]
Language of the review:
  • es
March 22, 2014
4 of 7 users found this review helpful
Uno ve "Una conejita en el campus" y se acuerda casi con cariño de "Una rubia muy legal" (2001). Comparada con ésta parece hasta pasable y un poco ingeniosa. El caso es que es triste presenciar la degradación sufrida desde la maravillosa "Fuera de Onda" (1995) a la presente aberración pasando obviamente por el monstruo rosado interpretado por partida doble por Reese Witherspoon. Por cierto, las dos últimas comparten guionistas, además femeninas, Karen McCullah Lutz y Kirsten Smith, lo que explica que ambas cojeen de los mismos errores y el mismo tono. Dicha coincidencia nos lleva a varias conclusiones, algunas de ellas deprimentes. Primero, como es un producto hecho por y para mujeres al 100 por 100, carece por completo de sex-appeal. Segundo, lo más grave es que también está falto de un ápice de inteligencia, lo que habla pestes del público femenino, que no masculino, al que se dirige. ¿Qué clase de imbecilidad se le supone para que se le trate así? Da miedo. Observad, por ejemplo, su hipocresía: "no cambies nunca" dice cuando antes les ha dado un repaso que les deja irreconocibles. Tercero, el feminismo, la película lo es, repasad la biografía de las autoras, ha empujado a las féminas a tal grado de degradación que parece imposible de superar, hasta que una nueva producción lo logra.

La obra nunca funciona produciendo al contrario un inmediato y permanente bochorno. Entre otras cosas, porque resulta ofensivo poner a unas mujeres como peleles para que nos riamos de ellas. Pero prefiero criticar los fallos estructurales de "Una conejita en el campus". Para empezar, una cosa es ser sexy y otra ser hortera, que es lo que es Shelly (Anna Faris), además de idiota perdida. Nada de lo que dice, hace o lleva, por favor, esos zapatos de plataforma son vomitivos, causa la más mínima atracción. Pintarse como puertas, enseñar carne y comportarse como busconas no te hace ser sexy. Es más, causa el efecto contrario: te repele. Lo peor de todo es que pese a sus esfuerzos están igual o más feas que al principio. Con deciros que ante tanto adefesio me ha parecido guapa, por contraste, Emma Stone, está dicho todo. Ni que decir tiene que a mí quienes me gustan son las malas, especialmente la morena, a pesar de la puñalada trapera que veía venir. Ésta es la clave de la película. Si demonizamos el patrón ideal femenino, ¿cuál deben seguir las chicas? Necesariamente, uno inferior. Si no pueden, quieren, deben ser como las Phi Iota Mu, que son la élite, deseadas por ellos y admiradas por ellas, ¿cómo obtener el éxito personal, social y atraer a los hombres? Haciendo el ridículo como aquí, no.
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