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Sandro Fiorito rating:
8
Drama Seven-year-old Sang-woo is left with his grandmother in a remote village while his mother looks for work. Born and raised in the city, Sang-woo quickly comes into conflict with his old-fashioned grandmother and his new rural surroundings. Disrespectful and selfish, Sang-woo lashes out in anger, perceiving that he has been abandoned. He trades his grandmother's only treasure for a video game; he throws his food and he throws tantrums. ... [+]
Language of the review:
  • es
May 25, 2011
6 of 6 users found this review helpful
Muy buen trabajo de la esporádica directora surcoreana Lee Jeong-hyang (“El zoológico al lado del museo“, 1998), quien firma con ésta su segunda película (hasta la fecha, la última), un sólido drama de cuerpo triste, amargo, desesperanzado y realista que no deja de ser una oda al cariño que esas personas tan entrañables, atentas y entregadas pueden transmitirnos: nuestras abuelas. Para llegar a lo más profundo de una sentida verdad, la realización se muestra directa e independiente, ofreciendo esta película desde un ritmo considerablemente pausado que necesita de mucha tranquilidad para seguirlo con disfrute. Es habitual durante su duración que se repita el hecho de que nos convirtamos en meros espectadores del silencio, los gestos y las miradas, momentos en los que el film parece ser una bella postal sin una sola letra escrita sobre su cartón, pues la intención de la imagen ya consigue su objetivo al resultar lo visual resulta más poderoso que cien líneas de texto. Lo contemplativo es parte esencial de una historia que sabe dibujar rigurosamente los sentimientos de amor, rechazo, tristeza e incomunicación, unas máximas muy bien expresadas en esta bien lograda obra.

El argumento nos habla de un pequeño diablo, de nombre Sang Woo (Seung-ho Yu), un niño maleducado, consentido, mimado, egoísta y profundamente irascible que es llevado por su madre desde la ciudad a una apartada y pedregosa villa rural en la que vive la abuela del pequeño, con la intención de que la anciana cuide del mismo durante una temporada. Woo notará así el contraste de pasar de vivir en la urbe -disfrutando de videojuegos, juguetes caros y una vida acomodada- a una sucia choza de un pequeño pueblo perdido. Allí vive sola su abuela (Eul-boon Kim), anclada a sus viejas costumbres, sorda y desvalida; hechos que no privarán a la septuagenaria señora de llevar a cabo todas las tareas necesarias para mantener su hogar: limpiar, hacer la comida y, para más inri, cuidar con todo su empeño y desinterés a un niño insolente que la rechaza, ignora, insulta y desprecia. El mensaje de esta película no sólo clama por el cariño de una abuela, sino que denuncia la falta de valores morales con la que son educados muchos niños del mundo, cuyos padres prefieren darles lo que piden con tal de que dejen de llorar, en lugar de ser más pacientes consigo mismos y hacer comprender a sus hijos que la vida no es dar una pataleta y recibir, cual Emperador que agita una campanilla para que los esclavos acudan con bandejas llenas de manjares.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
Sandro Fiorito
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