Después de una segunda parte que se podría meter incluso entre las mejores películas de 2012 con unos chascarrillos y auto-parodia que daba gusto ver (el factor Chuck Norris también cuenta), yo, ingenuo de mi, pensaba que esta podría seguir la línea, pero aquí se vuelve seria. Caso error. Una película de acción si se vuelve seria tiene muchas más posibilidades de fracasar, las mejores películas de Schwarzenegger, por ejemplo, tienen algunas frases legendarias y grandes momentos para reír al personal.

En 'Los mercenarios 3', el carisma y la gracia que tenía la segunda entrega se va, aunque los guionistas dejan momentos muy buenos ("soy el novio de la muerte" o "evasión de impuestos", por ejemplo) y han sabido aprovechar a algún fichaje como Antonio Banderas (el mejor nuevo mercenario de lejos), Mel Gibson (el mejor villano de la saga, aunque da un poco de pena ver donde ha ido a parar por su culpa) y Kelsey Grammer que no tiene una mala aparición y realmente su personaje tiene el tono que les falta a varios personajes principales: más y mejor humor. Yo diría que el peor de los fichajes ha sido Harrison Ford, no deja ningún momento para la posteridad. Y los jovenzuelos no lo hacen mal, pero tampoco son la hostia.

Aunque, al menos, no se vuelve tan aburrida como 'Los mercenarios' y no se hace nada pesada, a diferencia de la primera entrega y la segunda a esta le falta más sangre y brutalidad. Cuando uno ya ha visto las dos primeras entregas, la diferencia se nota mucho y para mal.

Con lo bien que íbamos y esta entrega ha supuesto un gatillazo en seco. Si los mercenarios quieren volver a dar guerra en las taquillas del mundo, me gustaría que el espíritu de la segunda entrega volviera, que sigan contratando a alguna estrella de los viejos tiempos (ese ha sido el propósito original de la saga y me parece correcto) y que probaran a algún director más experimentado en este género; ya que han rescatado a Wesley Snipes, podrían hacerlo con John McTiernan que de hacer pelís de acción sabe un rato.

Nota: 6.5