En plena fiebre patriotera estadounidense se estrenó esta americanada protagonizada por Chuck Norris y el veterano Lee Marvin en la que sería su última película. Delta Force fue producida y escrita por el famoso tandem Golan-Globus, muy activos durante los ochenta produciendo infinidad de cintas de acción de serie b con notable éxito y algunas grandes producciones que aunque estimables, como El tren del infierno, no lograron triunfar en taquilla. Delta Force contó con un presupuesto de diez millones de dólares y un reparto de postín en el que sorprende un Lee Marvin muy metido en su papel y la interpretación de Robert Forster, un buen actor capaz de interpretar cualquier papel que le echen. La banda sonora de Alan Silvestri aporta el toque kitsch al tinglado.

Cuenta la historia del secuestro de un avión de pasajeros por parte de terroristas árabes y la intervención de la unidad especial del ejército americano Fuerza Delta. El film dura dos horas divididas en dos partes. Una primera en la que se relata el secuestro del avión y la segunda cuando entran en acción Norris y sus hombres. Las secuencias de acción finales son una fantasmada, ver a Chuck montado en una moto disparando cohetes y matando enemigos sin despeinarse para luego subirse al avión en el último momento, echa por tierra las pretensiones del director de dotar de cierta seriedad a la historia. El asalto de los comandos al cuartel general de los terroristas es también muy exagerado, pero como se trata de una cinta de acción y ésta se hace de rogar después de la tensión del secuestro aéreo y una intentona fallida de asalto al avión, al final Norris y sus hombres se desfogan a gusto dando matarile a todo quisque.

Lo que más me llamó la atención de la película es la vigencia del argumento a pesar de los años que tiene. Y es que en pleno siglo XXI el conflicto en Oriente Medio todavía perdura y lo que se narra puede suceder perfectamente en cualquier momento. Hay una frase premonitoria dicha por uno de los secuestradores cuando les comenta a un par de rehenes que su principal anhelo es estrellar un camión bomba contra la Casa Blanca. Les dice que algún día lo conseguirán y que se sorprenderían de los aliados que tienen en América. Quince años después dichas amenazas se cumplieron con el famoso atentado del 11 de Septiembre. Luego se trata de una americanada pero más vale que los Delta Force sean tan eficientes como se cuenta en la película el día que los terroristas islámicos vuelvan a liarla.