Cuando Finney arrasa la pista de tenis con su coche destrozándolo todo y Weller le da una paliza. Parece que finalmente él y Keaton se reconcilian pero la actitud de Finney parece más bien la de un violento celoso patológico que vuelve con su mujer más que por amor por celos. La paliza que le da a su hija mayor tampoco ayuda a que nos solidaricemos con su dolor.

Tampoco se explica por qué Finney deja a su amante, una encantadora Karen Allen más guapa que nunca recién salida de En busca del arca perdida. Y se pasa muy por encima lo que supone el divorcio para los familiares y amigos del matrimonio. Pienso que en un caso como estos siempre se busca refugio, opinión y apoyo en ellos. Las niñas de Finney, especialmente la mayor, sufren bastante las consecuencias pero el hijo de Karen Allen pasa bastante de todo.

La secuencia en el restaurante discutiendo a grito limpio delante de todos los comensales y llegando a pelearse con una pareja que está a su lado, también me descoloca bastante. Parece que la intención es que resulte cómica pero a mi no me hace nada de gracia.