Lambert se ve inmerso en un duelo a muerte de clanes ninja centenarios, en el momento en el que se convierte en testigo del asesinato de una mujer. Al ver el rostro del criminal se convierte en su objetivo. El protagonista acepta la protección del clan rival ninja que le utiliza para que ambos se enfrenten a muerte. Su personaje como han apuntado por ahí, sobra porque la película se centra en el enfrentamiento entre los ninja, pasando Christopher Lambert a ser el testigo mudo y que sólo al final adquiere algo de protagonismo.

De todas formas la película es bastante lenta y aburrida. Se echa en falta un director con mayor sentido del ritmo que imprima más nervio a un film muy discreto.