Desde el apabullante éxito que tuvo la primera entrega de "Men in black" en 1997, muchos esperábamos la segunda parte de esta valorable comedia de ciencia ficción.

El mismo equipo original, los mismos intérpretes, los mismos monstruos y el mismo director se han reunido para realizar una trama que a mi juicio es bastante floja.

Está claro que a todos nos sorprendió la combinación del humor gamberro con unos extraterrestres multiformes, humor y acción que hacían de "Men in black" una cinta divertida y novedosa.

En esta segunda entrega hay más de lo mismo, no nos ofrece nada nuevo: monstruos, gags graciosos, deslumbrantes efectos especiales, que fueron las claves del éxito de su predecesora, se ven envueltos en una historia tonta.

Barry Sonnenfeld, director del film, tenía que haber apostado, como ha hecho, por los ingredientes que caracterizaron a la primera entrega pero hubiera sido una cinta menos olvidable si hubiera realizado una trama con más gancho.

Un guión flojo repleto de diálogos pobres que se salvan en alguna ocasión gracias a algún que otro detalle humorístico.

Sonnenfeld se ha centrado más en conseguir unos gags divertidos y unos espectaculares efectos especiales que en lograr una historia con más contenido.

Aún así se trata de una película entretenida y dinámica a la par que sencilla (dura una hora y media), aunque como ya he dicho no aporta nada nuevo.