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JACHi rating:
8
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October 1, 2019
34 of 54 users found this review helpful
Pocas sagas de cine podrán decir en voz alta que todas sus películas son buenas. Con matices, debates y discusiones, pero innegablemente, cada una de las entregas de nuestro boina verde favorito (si nos disculpa el del ‘Commandos’ de PC) son largometrajes únicos y –quizá con la excepción del tercero– bastante rompedores en el momento de su estreno.
ACORRALADO será por siempre un clásico de la tele y el videoclub de nuestras infancias, una película a la que es difícil encontrar parangón. Trepidante, tensa, entretenida, excelente a nivel técnico y con fuerte carga social. Todavía algún seboso amante de la Nouvelle Vague ha aprovechado su comentario a LAST BLOOD para tratar de convencernos de que la primera (y grandiosa) RAMBO “no era ni mucho menos tan buena”. Sin comentarios.
RAMBO 2 también se hizo en seguida con el atributo de súper-clásico ochentero, en una época en que el cine de acción pura y dura aún estaba “siendo inventado” (todavía a ARMA LETAL y sobre todo a JUNGLA DE CRISTAL le quedaban un par de años para salir). De nuevo, una obra cuyo plano técnico es de una artesanía a la antigua sin la menor tacha, emocionante desde el primer minuto hasta el último. Junto con la igualmente magistral COMANDO, se puede decir que crearon (o asentaron) el género de ‘Yo solo contra mil ejércitos’.
RAMBO III posiblemente sea la única de todas las secuelas que hace eso de “aprovechar el tirón”, y juega un poco al mismo juego que hizo su antecesora pero modificando el escenario. Al fin y al cabo, si funcionó tan bien, ¿para qué cambiar, verdad? La única razón por la que esta película de tan excelso plano técnico y acción a raudales no llega al 5 de media es por la arrastrada –e hipócrita– desde hace décadas tendencia filo-comunista que padece este país (sí, padece, sufre, está maldito por). ¿Cómo se atreve un personaje creado por los americanos a masacrar a soldados soviéticos? Debería besarles los pies e irse de cañas con ellos, ¿no, gorditos míos?
JOHN RAMBO, que se sumó a la moda de los ‘reboots’, siguió siendo fiel al personaje y lo colocó donde siempre: en un lugar apartado donde no desea líos ni broncas, pero donde la guerra y la matanza siempre le terminan encontrando. Los fans de pedigrí salieron del cine aquel año 2008 sonrientes y felices, al comprobar que su Rambo seguía tan en forma como el primer día, a pesar del inexorable paso del tiempo.
¿Y por qué di las gracias en el título? Por seguir ahí en 2019, en la atalaya, vigilante, pendiente. Por no haber caído ni en indignidades humillantes (saga TERMINATOR), ni en venta al mejor postor (saga STAR WARS), o directamente disparates (saga RESIDENT EVIL). Por saber tener la humildad de los grandes, que a sabiendas de que es un icono de incalculable trascendencia en el cine, e incluso en nuestra sociedad, no se infla, ni reivindica, ni intenta colarnos un pomposo tostón de 3 horas, ni busca desesperadamente a “nuevas audiencias”.
Esta película la ha hecho Sylvester para nosotros, para sus admiradores, para los que flipamos tanto con Rambo que de chicos teníamos que ver todo lo que oliese parecido: COBRA, ENCERRADO, TANGO Y CASH, DEMOLITION MAN, EL ESPECIALISTA, ASESINOS, JUEZ DREDD... ¡Hasta ALTO O MI MADRE DISPARA!
Nosotros hemos sido leales estos 37 años... Y él, también lo ha sido.
RAMBO: LAST BLOOD no es tan sólo una peli muy bien hecha y por supuesto entretenida. Es casi una declaración. Y es una declaración, principalmente, a dos colectivos:
- A los cineastas:
Cinco directores sin nombre (sin nombre para los ignorantes, claro) con sus cinco respectivas visiones del asunto. Sin cambios drásticos, sin “poesía visual”, sin guión condescendiente o políticamente correcto, sin filtros que suavicen la cosa, sin intento de ser “agradaores” a eso que llaman el gran público. Esto es muy sencillo: Rambo+su visión del mundo y sus valores+enemigos odiosos+muerte y destrucción. ¿Y necesitamos 175 minutos para contar la historia? ¿Tenemos que contratar a la fuerza a Scarlett Johansson y a The Rock?
ACORRALADO será por siempre un clásico de la tele y el videoclub de nuestras infancias, una película a la que es difícil encontrar parangón. Trepidante, tensa, entretenida, excelente a nivel técnico y con fuerte carga social. Todavía algún seboso amante de la Nouvelle Vague ha aprovechado su comentario a LAST BLOOD para tratar de convencernos de que la primera (y grandiosa) RAMBO “no era ni mucho menos tan buena”. Sin comentarios.
RAMBO 2 también se hizo en seguida con el atributo de súper-clásico ochentero, en una época en que el cine de acción pura y dura aún estaba “siendo inventado” (todavía a ARMA LETAL y sobre todo a JUNGLA DE CRISTAL le quedaban un par de años para salir). De nuevo, una obra cuyo plano técnico es de una artesanía a la antigua sin la menor tacha, emocionante desde el primer minuto hasta el último. Junto con la igualmente magistral COMANDO, se puede decir que crearon (o asentaron) el género de ‘Yo solo contra mil ejércitos’.
RAMBO III posiblemente sea la única de todas las secuelas que hace eso de “aprovechar el tirón”, y juega un poco al mismo juego que hizo su antecesora pero modificando el escenario. Al fin y al cabo, si funcionó tan bien, ¿para qué cambiar, verdad? La única razón por la que esta película de tan excelso plano técnico y acción a raudales no llega al 5 de media es por la arrastrada –e hipócrita– desde hace décadas tendencia filo-comunista que padece este país (sí, padece, sufre, está maldito por). ¿Cómo se atreve un personaje creado por los americanos a masacrar a soldados soviéticos? Debería besarles los pies e irse de cañas con ellos, ¿no, gorditos míos?
JOHN RAMBO, que se sumó a la moda de los ‘reboots’, siguió siendo fiel al personaje y lo colocó donde siempre: en un lugar apartado donde no desea líos ni broncas, pero donde la guerra y la matanza siempre le terminan encontrando. Los fans de pedigrí salieron del cine aquel año 2008 sonrientes y felices, al comprobar que su Rambo seguía tan en forma como el primer día, a pesar del inexorable paso del tiempo.
¿Y por qué di las gracias en el título? Por seguir ahí en 2019, en la atalaya, vigilante, pendiente. Por no haber caído ni en indignidades humillantes (saga TERMINATOR), ni en venta al mejor postor (saga STAR WARS), o directamente disparates (saga RESIDENT EVIL). Por saber tener la humildad de los grandes, que a sabiendas de que es un icono de incalculable trascendencia en el cine, e incluso en nuestra sociedad, no se infla, ni reivindica, ni intenta colarnos un pomposo tostón de 3 horas, ni busca desesperadamente a “nuevas audiencias”.
Esta película la ha hecho Sylvester para nosotros, para sus admiradores, para los que flipamos tanto con Rambo que de chicos teníamos que ver todo lo que oliese parecido: COBRA, ENCERRADO, TANGO Y CASH, DEMOLITION MAN, EL ESPECIALISTA, ASESINOS, JUEZ DREDD... ¡Hasta ALTO O MI MADRE DISPARA!
Nosotros hemos sido leales estos 37 años... Y él, también lo ha sido.
RAMBO: LAST BLOOD no es tan sólo una peli muy bien hecha y por supuesto entretenida. Es casi una declaración. Y es una declaración, principalmente, a dos colectivos:
- A los cineastas:
Cinco directores sin nombre (sin nombre para los ignorantes, claro) con sus cinco respectivas visiones del asunto. Sin cambios drásticos, sin “poesía visual”, sin guión condescendiente o políticamente correcto, sin filtros que suavicen la cosa, sin intento de ser “agradaores” a eso que llaman el gran público. Esto es muy sencillo: Rambo+su visión del mundo y sus valores+enemigos odiosos+muerte y destrucción. ¿Y necesitamos 175 minutos para contar la historia? ¿Tenemos que contratar a la fuerza a Scarlett Johansson y a The Rock?
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
- A los critiquillos de poca monta:
A ver, que muchos han repetido la gilipollez y hay que pararles los pies. ¿Que esto no es Rambo? ¿Y según vosotros qué cojones es? Ninguna de las cinco pelis es igual, todas se han distinguido por aportar algo diferencial, sin alterar a Johnny. ¡Pues claro que es Rambo! Él sabe lo que está bien y lo que está mal, y sabe quién es bueno y quién es malo (lo dice de hecho, ‘tú no sabes lo cruel que puede ser un hombre, yo sí’.). Y quién merece vivir y quién merece morir salvajemente, porque si algo distingue a Rambo de otros héroes de metralleta, es que él, una vez cruza la línea del ‘tranquilo, tranquilo, tranquilo, tranquilo, tranquilo........ ¡MOOOORIIIIIIIIIIDDDD!’ no es precisamente sutil o cuidadoso. Más bien es letal y exagerado.
La que para mí es una de las grandes obras maestras del género de Venganzas, MAN ON FIRE, con Denzel Washington (también situada en un México muy violento, por cierto) sí es... cuidadosa. El personaje de Creasy es metódico y un manitas, por eso su gran intervención en el mundo de los villanos resulta tan perfecta y difícil de superar. Así pues creo yo que Rambo opta por un camino más clásico (en el sentido de más directo al grano) pero vertiendo 14 litros de salsa ultra-picante en la barbacoa, y de ese modo estimular nuestro ya muy cascado paladar. El resultado es muy similar, no obstante: satisfacción total. De ver cómo los malos –por lo menos en el cine– caen como los gusanos que son, y se van al infierno y dejan de hacer daño.
Y encima nos salen con las mierdas típicas (qué poco originales, de verdad) de racismo, de Trump, de muros, de no sé qué... Los españolitos burgueses de aquí me quitan la razón, y los mexicanos con los que he hablado de la película me la dan, y se la dan a la película, de la que comentan que es muy realista su visión de un México hecho mierda y controlado por criminales.
La progrez como siempre, feliz es al sentirse superior.
No me parece casual que LAST BLOOD se estrenara el mismo día que otra película que es la antítesis de lo que aquélla representa. Y si ponéis atención en los puntos verdes o rojos de las “críticas profesionales” (profesional se ve que significa que cobran pasta por hablar bien o mal de tal o cual película. Qué oficio más digno, sí señor)... Tíos, en RAMBO todo puntos rojos menos alguno verde; en la última basura de Amenábar justo lo contrario. Asombra, y sobre todo da vergüenza, el “lameculismo” del que encima presumimos en España. Repugnante.
En serio, si con sólo ver el trailer ya habíais escrito vuestros sesudos y petulantes comentarios poniendo aleatoriamente en ellos las palabras clave ‘fascismo’, ‘xenofobia’, ‘viejo’ y ‘ridículo’ (tachan a Stallone de ridículo por ser viejo, qué gran respeto) yo os pediría que por favor os abstuviéseis de criticar películas que no os interesan. Idos a la gala de los Goya, allá os entenderán mejor.
RAMBO 5, 90 minutos redondos, con drama, con nostalgia, con miedo al futuro, con odio, con unos buenos villanos... y con una buena venganza. De las mejores que he visto.
Solamente dos 'peros': que la amiga gorda hija de puta salga indemne (no me parece justo); y que esta película no vayan a ponerla en los institutos, y aberraciones como CAMPEONES sí. Eso también me parece injusto y además ilógico.
¿Mi instante preferido? El plano final de John James Rambo sentado en su porche, contemplando (como ya hizo en la anterior parte) la desolación provocada por su ira. La desolación de los cientos (digo cientos porque en la escena final parecen multiplicarse por arte de magia) de hijos de Satanás que pretendían aniquilarle. Pretendían aniquilar a una leyenda.
Fracasaron. Siempre fracasarán.
A ver, que muchos han repetido la gilipollez y hay que pararles los pies. ¿Que esto no es Rambo? ¿Y según vosotros qué cojones es? Ninguna de las cinco pelis es igual, todas se han distinguido por aportar algo diferencial, sin alterar a Johnny. ¡Pues claro que es Rambo! Él sabe lo que está bien y lo que está mal, y sabe quién es bueno y quién es malo (lo dice de hecho, ‘tú no sabes lo cruel que puede ser un hombre, yo sí’.). Y quién merece vivir y quién merece morir salvajemente, porque si algo distingue a Rambo de otros héroes de metralleta, es que él, una vez cruza la línea del ‘tranquilo, tranquilo, tranquilo, tranquilo, tranquilo........ ¡MOOOORIIIIIIIIIIDDDD!’ no es precisamente sutil o cuidadoso. Más bien es letal y exagerado.
La que para mí es una de las grandes obras maestras del género de Venganzas, MAN ON FIRE, con Denzel Washington (también situada en un México muy violento, por cierto) sí es... cuidadosa. El personaje de Creasy es metódico y un manitas, por eso su gran intervención en el mundo de los villanos resulta tan perfecta y difícil de superar. Así pues creo yo que Rambo opta por un camino más clásico (en el sentido de más directo al grano) pero vertiendo 14 litros de salsa ultra-picante en la barbacoa, y de ese modo estimular nuestro ya muy cascado paladar. El resultado es muy similar, no obstante: satisfacción total. De ver cómo los malos –por lo menos en el cine– caen como los gusanos que son, y se van al infierno y dejan de hacer daño.
Y encima nos salen con las mierdas típicas (qué poco originales, de verdad) de racismo, de Trump, de muros, de no sé qué... Los españolitos burgueses de aquí me quitan la razón, y los mexicanos con los que he hablado de la película me la dan, y se la dan a la película, de la que comentan que es muy realista su visión de un México hecho mierda y controlado por criminales.
La progrez como siempre, feliz es al sentirse superior.
No me parece casual que LAST BLOOD se estrenara el mismo día que otra película que es la antítesis de lo que aquélla representa. Y si ponéis atención en los puntos verdes o rojos de las “críticas profesionales” (profesional se ve que significa que cobran pasta por hablar bien o mal de tal o cual película. Qué oficio más digno, sí señor)... Tíos, en RAMBO todo puntos rojos menos alguno verde; en la última basura de Amenábar justo lo contrario. Asombra, y sobre todo da vergüenza, el “lameculismo” del que encima presumimos en España. Repugnante.
En serio, si con sólo ver el trailer ya habíais escrito vuestros sesudos y petulantes comentarios poniendo aleatoriamente en ellos las palabras clave ‘fascismo’, ‘xenofobia’, ‘viejo’ y ‘ridículo’ (tachan a Stallone de ridículo por ser viejo, qué gran respeto) yo os pediría que por favor os abstuviéseis de criticar películas que no os interesan. Idos a la gala de los Goya, allá os entenderán mejor.
RAMBO 5, 90 minutos redondos, con drama, con nostalgia, con miedo al futuro, con odio, con unos buenos villanos... y con una buena venganza. De las mejores que he visto.
Solamente dos 'peros': que la amiga gorda hija de puta salga indemne (no me parece justo); y que esta película no vayan a ponerla en los institutos, y aberraciones como CAMPEONES sí. Eso también me parece injusto y además ilógico.
¿Mi instante preferido? El plano final de John James Rambo sentado en su porche, contemplando (como ya hizo en la anterior parte) la desolación provocada por su ira. La desolación de los cientos (digo cientos porque en la escena final parecen multiplicarse por arte de magia) de hijos de Satanás que pretendían aniquilarle. Pretendían aniquilar a una leyenda.
Fracasaron. Siempre fracasarán.