Entretenida película de factoría suiza (algo exótico) que más que como aventura épica se nos presenta como una ensalada de géneros cinematográficos: desde la aventura épica mencionada, pasando por algunos toques de artes marciales y/o película medieval (con princesa de por medio), a un western en toda regla. La ambientación está bastantemente lograda, tanto en vestuario como en localizaciones, donde la fotografía es un punto a destacar. Las actuaciones son malas (sobre todo las de los villanos), problemas del casting o, más bien (y es lo que me supongo), del bajo presupuesto de la historia. Pero con lo que tiene se puede pasar una hora y media entretenida sin tener en cuenta la correlación de incoherencias que se nos muestran.

Y la historia va de un grupo de vikingos parias que naufragan en las islas británicas y huyen secuestrando a la hija de un rey local con el objetivo de pedir un rescate por ella. Lógicamente, el rey se encabrona y manda una legión de sicarios mercenarios encabezados por dos hermanos, uno de ellos la viva imagen de José Luis López Vázquez de joven, con el fin de rescatar a la princesa. Pero los mercenarios tienen otros planes y deciden acabar con la vida de la misma. Entonces los vikingos hacen bloque con la heredera y con un monje ninja-kung fú que entrenaba por el bosque y huyen todos juntos con el fin de encontrar un barco que los saque de semejante infierno.

Lo importante para enfrentarse a esta simpática película es no tener prejuicios y tomárselo como un ejercicio de entretenimiento, si atenerse a los disparates y los giros inverosímiles que nos muestran. Para pasar el rato está más que aceptable.