Aviso para navegantes: El caso Fischer no es un biopic. Se limita a plasmar el legendario enfrentamiento entre el estadounidense y Boris Spassky acaecido en Helsinki en 1972, en plena Guerra Fría. Estados Unidos necesitaba asestar un golpe moral a su enemigo jurado, y lo consiguió gracias al psicótico jugador de ajedrez, el verdadero peón sacrificado de esta situación, que nunca más volvió a levantar cabeza. La película apenas se asoma a la infancia o la vida adulta del campeón. Para quien esté interesado en la vida de este individuo controvertido y contradictorio recomiendo la lectura de Bobby Fischer se fue a la guerra, escrita por David Edmons y John Eldinow, y traducida por un servidor. La encontraréis en Debate y ahonda en los problemas que aquejaron a Fischer desde la infancia, y que le acosaron hasta su muerte en la misma Finlandia, cuya nacionalidad había solicitado y obtenido.
El caso Fischer adopta el formato de tedioso telefilm de sobremesa, y como tal está filmado: correcto, sin fisuras, sin emoción, práctico y esquemático. Todos sabemos el resultado, y los que no practicamos el juego de marras vemos la película como muy distanciados. Detectamos que Tobey Maguire está ansioso por quitarse de encima las mallas de Spiderman y demostrar que puede destacar en papeles dramáticos, que Liev Schreiber está contenido, tal vez porque el papel no da para más, y Peter Sarsgaard se parece cada vez más a William Shatner. Sin llegar a ser aburrida, las dos horas se estiran demasiado, tal vez innecesariamente.
Para amantes del ajedrez y seguidores de Bobby Fischer.