No es habitual encontrarse fábulas infantiles cuya "mitología" depende casi exclusivamente del mundo adulto.
Los mayores en estas historias suelen estar de más, como estrictos guardianes o lejanos consejeros, y rara vez suelen el punto de partida de la historia.

'Dig Two Graves', por lo tanto, ya aporta una mirada diferente a la sensibilidad infantil, y lo hace desde el arrepentimiento: en una tarde perezosa, Jake se negó a saltar desde un barranco con su hermano, declarándola culpable ante su repentina muerte.
Los posteriores años de vida familiar, con un nuevo hermano en camino, no pueden borrar la perspectiva de que ella fue indirecta responsable de aquello, y la cicatriz que se hizo al caer ese mismo día casi que podría ser más profunda, imborrable por muchos cuidados que reciba de su familia.
Entonces, se le aparecen tres extraños personajes, completamente ajenos a su acomodada vida, que la ofrecen la posibilidad de resucitar a su hermano: solamente tiene que cambiar esa vida perdida por otra, como la del enclenque niño al que acosan sus compañeros.

Lo más interesante de está falsa fábula reside en el doble punto de vista adulto e infantil que se aplica a esos tres hombres: para el sheriff, abuelo de Jake, son charlatanes gitanos que viven al margen de la justicia, pero para ella son la única puerta de entrada a un imposible que creyó ahogado al fondo del barranco. La guarida de esos tres para el viejo es solo una chabola maloliente, y para la niña es el adecuado lugar en el que sellar un siniestro pacto, casi demoníaco.
Ambas perspectivas se confunden por lo que abuelo y nieta quieren que sean, y por eso la incomprensión generacional cada vez es mayor: porque hay secretos, turbios y oscuros, que acechan en el fondo de esa desconfianza. Jake no ha contado nunca que ella no siguió a su hermano hasta el barranco, igual que el sheriff jamás creyó que tendría que confrontar aquellos hechos que tuvieron lugar hace tanto tiempo, en ese mismo barranco.

Los actos de los adultos, irracionales e incomprensibles, dan carta blanca a la imaginación infantil, igual de irracional en principio, pero centrada hacia un deseo bueno.
Por eso podría verse el título de similar manera: "cava dos tumbas" para dos personas que buscan venganza... o cava dos tumbas para la fantasía y la violencia, que permitan arreglar los errores del pasado, liberando el estigma familiar a una niña que su abuelo nunca quiso que tuviera.
A veces los errores no tienen por qué perpetuarse siempre, por mucho que, cegados en la venganza, nos parezca que sí.