Jan es un tipo alegre y espontáneo. Su maldad se reduce a su corta previsión.
Bess, por su lado, representa la inocencia de una discapacidad (más bien cultural).
Viven juntos una historia de amor que será difícil debido a la religiosidad y la fiereza de la cultura nórdica de la familia de Bess. Sin embargo, no parece importarles las barreras que por ello tengan que saltar.
Bess ha pasado del quicio desde el cual miraba el mundo antes de Jan. Éste, trabajando en un lugar hostil, sufre un accidente. Bess sufrirá otro muy distinto.

El amor será clave, fundamento y justificante de todas las decisiones a partir de entonces. Los límites humanos los decide Von Trier, y como siempre, sobrepasa lo que el espectador espera.
Brutal, emocionante, tierna y desgarradora.

"Rompiendo las olas" es una aventura dolorosa en la cual uno se embarca y tras los créditos... sufre, pero se alegra.