Podría ser mejor, pero no lo es. No debe ser fácil ponerle ritmo a las películas basadas en aventuras (o desventuras) espaciales, o tal vez sea porque toca hacerlas así y no de otra manera. El caso es que "Atrapados en el espacio" se alarga demasiado y al final te duele la espalda de ver a esos tres astronautas sentados viendo pasar las horas y esparando su rescate. Es inevitable mencionar la odisea de Kubrick del año anterior, una película se mire por donde se mire lentísima, pero técnicamente prodigiosa. ¿Por qué compararlas?; pues porque somos humanos, y los aspectos técnicos cantan una barbaridad, vamos, ni punto de comparación.

El mejor sin duda es Gregory Peck, que le vino a tocar el papel más agradecido. La resposabilidad de su cargo hace posible que pueda hablar de tú a tú con el presidente de la nación, nada menos. Así pues, la acción de verdad tiene lugar 'abajo', con reuniones, carreras de aquí para allá y hasta un huracán. Mientras, los de 'arriba' cuentan las horas y los minutos que tienen de oxígeno (más bien aire). Nunca fue tan cierto aquello de 'Houston, tenemos un problema', aunque el problema en realidad se nos acaba escapando, ni una mínima idea de lo que pudo suceder para que acabaran quedando abandonados. ¿Y qué más da?; lo que importa es verles las caras a esos pobres tres hombres que se van quedando sin reservas de oxígeno (más bien aire): reloj, no marques las horas, que no puedo respirar...