Sin palabras me ha dejado esta película que no sé si se supone que es una comedia, un drama o una película de ciencia ficción. Así que, acaba no siendo ninguna de las tres.
El argumento es tan exagerado que desde el principio es ridículo. Incluso, se pueden detectar fallos en el desarrollo de la historia. No hay por donde cogerla.
Lo único que se salva de la película son la estupenda interpretación de Glenn Close, Nicole Kidman y el personaje de Bette Midler. Pero ni eso hace que merezca la pena perder el tiempo en verla. Una pena, porque seguro que ellas tenían proyectos mejores en los que invertir su tiempo.