Bryan Singer lo consigue pese a todo. Aunque ya parecía no haber nada más sacó "X-Men: First Class" (2011) y consiguió resultados sorprendentemente buenos y que no causaron ruido mayor entre los fanáticos de los mutantes de Marvel.

Aunque no tiene la redondez de otras partes de la saga, esta nueva entrega cumple bastante bien con la génesis principal y el corazón de la serie, valiéndose de muchos tópicos de lo mejor de las películas anteriores. Por ello, puede también hacer sentir torpe o extraviado a quienes no reconozcan a ciertos personajes, para quienes sí lo hagan será un deleite casi completo, ya que siempre quedan preguntas o cabos inconexos.

Al margen que el saldo sea algo triste con la posibilidad que los hechos que hemos visto por una década puedan variar, lo mejor de los elencos acumulados se ve las caras en una aventura más pequeña e íntima en cuanto a desarrollo pero de implicancias fuera de todo orden, es esencial.

A muchos les recordará "Matrix" (1999) u otras cintas que apelan al último recurso para evitar la devastación, como "Terminator" (1984) pero los aciertos propios de la saga y de Wolverine como personaje, verán un ascenso notable entre esta historia y las recientes aventuras en solitario del mutante de las garras de adamantio.

Tiene guiños a todo y como producto en sí es igualmente fascinante. Salvo yerros puntuales en los pasajes finales se echa al hombro los qué dirán y pone toda la carne a la parrilla, desafiando la lógica y regalándonos una buena película, ojalá sin ponernos a pensar demasiado.

Como bonus track quédese después de los créditos porque si pensó que esto llegaba a su fin, créanme que queda para rato.

Recomendación:
Buena, osada. Una carrera a toda velocidad sin reparar en la falta de frenos ni en el destino.

=Cité de Lord Buyinski= www.buyinski.wordpress.com