Si empiezo diciendo que "El Imaginario del Doctor Parnassus" es un film 100% Terry Gilliam creo que ya lo estoy diciendo casi todo tanto para lo bueno como para lo malo, y todos los que conozcan la filmografía de este director entenderán perfectamente lo que quiero decir.

Terry Gilliam es un director malabarista, barroco, un encantador de serpientes con una imaginación tan deslumbrante y portentosa como incontinente y excesiva llevando siempre las situaciones a extremos difíciles de soportar.

"El Imaginario del Doctor Parnassus" no es una excepción y contiene todas las características del cine del director de "Brazil".
La primera parte es deslumbrante y nos hipnotiza en cada fotograma con el circo ambulante de Parnassus yendo de plaza en plaza para predicar en el desierto y contar historias que desgraciadamente a nadie interesan en una sociedad que ha perdido la afición por escuchar historias fantásticas y legendarias.
Pero, desgraciadamente, el film cambia completamente de rumbo y todo lo que al principio era mágico, evocador y fabuloso se transforma en excesivo, narcisista, chirriante y poco creíble. Tal vez haya influido el hecho del fallecimiento a mitad de rodaje de Heath Ledger que obligó a cambiar el guión y adaptarlo a los nuevos intérpretes que le sustituyeron, o simplemente se debe a esa obsesión de Gilliam por adornar en exceso sus films, llevándolos a situaciones límite que acaban por desequilibrar la estructura narrativa por completo.

Pese a esos errores, habituales en el cine de Gilliam, "El Imaginario del Doctor Parnassus" es una película interesante que merece la pena ser vista, con una primera parte excelente llena de magia y poder evocador a través de unas imágenes deslumbrantes como sólo sabe crear este barroco director.

A destacar la interpretación del veterano Christopher Plummer en el papel de Parnassus, un personaje tan enigmático y lleno de magia como atractivo para el espectador.