Me resulta absolutamente inevitable comparar esta película con la de Michael Bay y Ben Affleck. Es como si Roland Emmerich tuviera envidia de lo bien que le salió ese ataque japonés a su director “alma gemela” y hubiera querido desquitarse casi dos décadas después.
Pues bien, el director de “Independence day” y “2012” ofrece aquí lo mejor de sí mismo, pero sin alguno de sus peores defectos, y sin embargo no le ha quedado un film excesivamente redondo, curiosamente.
La espectacularidad de las escenas bélicas con aviones y buques combatiendo de Pearl a Midway, está a la altura de lo que podríamos esperar de este cineasta. Son una pasada.
Además, en esta ocasión no tenemos que soportar su humor forzado, que suele meter con calzador incluso en sus escenas más apocalípticas. Aquí estamos en guerra y el tono es completamente serio.
Tampoco se pasa con la exageración del patriotismo americano, dentro de lo que cabe en un film de estas características. Hasta se permite mostrar cierto aspecto humano en el bando japonés y todo.
Sin embargo, Emmerich no logra darle profundidad a ninguno de los personajes como para empatizar un poco más con ellos, aunque lo intenta. El cambio de estilo a la hora de enfocar el drama, le ha quedado muy frío a nivel emocional. La parte política y de estrategia militar, no está mal como documental, pero también me deja un poco impasible.
Así que, claramente, me quedo con las batallas, mejor que con todo lo que pasa en medio (que ocupa mucho más tiempo del film, obviamente).
Siguiendo con la comparación, en la de Michael Bay emplearon mucho tiempo en las historias personales y el resultado fue mejor, con aquella historia tan triste de triángulo amoroso.
El caso es que “Midway” no es una película redonda que pueda gustar a todo tipo de público, aparte de que suena a algo ya visto antes. Quizás sea por eso que no haya sido tan exitosa, ni mucho menos, como otros trabajos de Emmerich.
Por cierto, ver a Woody Harrelson con pelo es tan raro, que casi no me lo termino de creer en su papel.