Se puede definir fácilmente esta película. Es una mezcla de “Le llaman Bodhi” y “Máximo riesgo”, con mucha menos acción y con un tono juvenil con toques de humor.
Es entretenida, sin pasarse. Y aunque los de esta panda son demasiado chulos como para caerme bien, sus acrobacias son espectaculares y están bien filmadas dentro de lo que cabe, porque algunos momentos cantan a ordenador.
Pero el riesgo extremo se queda a medias. La trama de acción de verdad, la de los malos, tarda demasiado en llegar (prácticamente cuando ya lleva una hora y le falta media para terminar). ¿Por qué no la quisieron centrar en eso desde el principio? Habría sido algo más parecida a “Máximo riesgo” y habría quedado mucho mejor. En vez de eso, la mayor parte del tiempo lo que vemos son fiestas y a estos chicos pasándoselo muy bien hasta cuando corren peligro (como en la escena de los perros, por ejemplo). Así que, en cuanto a acción pura y dura, deja que desear.
Al menos la película es corta y no da tiempo a hacerse pesada, y como he dicho antes, las secuencias de snowboard y rafting están muy chulas. Es lo mejor que pueden ofrecer estos locos, encabezados por el de “Dark city” y el de “Destino final”. Para echar el rato y poco más.