Pierce Brosnan se despide a lo grande del famoso personaje.
En "Muere otro día" tenemos todos los elementos que no pueden faltarle al agente 007, pero todo está multiplicado al máximo para tocar el techo de la espectacularidad.
Los malos son muy crueles y reflejan bien lo que puede ser una de las peores amenazas de la paz mundial, como es la dictadura de Corea del Norte.
Las chicas Bond no faltan, y el huracán Halle Berry está especialmente como pez en el agua con su misterioso personaje de Jynx. No hay quien se crea como estos dos se lían tan rápidamente, pero es que 007 no tiene problemas con las chicas precisamente. Aquí te pillo aquí te mato.
Respecto a los artilugios, el coche invisible es toda una pasada. Es cierto que la fantasía ya se pasa de la ciencia ficción. Pero ¿quién espera realismo en una película de Bond? Así que mientras más espectáculo nos den es mejor. La escena de la persecución sobre hielo es directamente una de las mejores de toda la saga. Realmente debió ser muy complicado filmarla, a pesar de contar con la ayuda del ordenador.
El palacio de hielo recuerda mucho a las bases de Spectra en la etapa más antigua del agente secreto, así como el arma solar, pero ambas cosas están muy bien adaptadas a los nuevos tiempos.
La película es un divertimento absoluto, sobre todo para los fans del personaje. Posteriormente llegaría Daniel Craig con un cambio absolutamente radical, para mi gusto a peor aunque sé que voy en contra de la opinión general.
La mejor de la saga para mí, al menos hasta ahora, pues este inmortal personaje parece que nunca dejará de existir.