Juntar en pantalla a Ben Stiller y Eddie Murphy debería haber dado un resultado mejor que esto. A pesar de que el protagonista de "El chico de oro" lleva muchos años con su carrera hundida y su comicidad perdida, ponerlo como compañero de Stiller podría haber dado lugar a una película bastante graciosa y divertida.
Sin embargo, se ve que el presupuesto se ha ido en contratar a los actores, porque en lo que a guión se refiere, no da mucho de sí.
Y es que el film no destaca ni como thriller de robos serio ni como comedia. Apenas hay gags o diálogos graciosos, y lo poco que hay tampoco es para tirar cohetes. Solo me reí (y a medias) en un par de situaciones. Y no hay nada más malo que una película que intenta hacer gracia y no lo consigue.
En cuanto al golpe en sí, pues tampoco es que salve la situación. Solo transcurre en los últimos minutos y no divierte mucho. El resto son escenas de relleno y desaprovechamiento de la pareja de protagonistas.
Una lástima.