Escribir la reseña de esta película es complicado, en el sentido de que es una intriga en la que a poco que cuentes algo, ya la estás destripando sin ni siquiera darte cuenta.
Baste decir que tiene los dos requisitos fundamentales de todo buen thriller: enganchar y sorprender.
La historia es sencilla y el desarrollo muy simple. Salen pocos actores y pocos escenarios. Sin embargo, el argumento está lo bastante bien construido como para que merezca la pena verla. Y contiene alguna que otra escena de tensión.
Recuerda vagamente a la estructura de las películas de Hitchcock, salvando las distancias.
En el reparto destacan un Bruce Willis haciendo de un personaje odioso, y la protagonista, que es Demi Moore. Todo es un interrogatorio policial en el que la acción se cuenta a través de "Flashbacks". A Glenne Headly creo que no la he visto en ninguna otra película aparte de esta.
En su sencillez, la historia cumple perfectamente con las expectativas del género, a pesar de que haya muchos otros títulos más recordados y mejores que este.
Eso sí, no es muy adecuada para ver más de una vez, pues sabiendo lo que va a pasar, pierde toda su enjundia.