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Dominican Rep.
BelénLo rating:
75
Musical. Comedy
Miss Ethel 'Dynamite' Jackson is a chorus girl who mistakingly receives an invitation from the State Department to represent the American theatre at an arts exposition in Paris, France. There's only one problem, the invitation was meant for Miss Ethel Barrymore. Meanwhile, S. Winthrop Putnam, the bureaucrat who made the mistake tries unsuccessfully to correct his mix-up. It's too late, for Dynamite Jackson is off to Paris, where the two ... [+]
Language of the review:
- es
March 1, 2024
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"Abril en París" comienza con una escena en la que Ray Bolger "el secretario del subsecretario" de algún organismo público atiende a un francés de manual (Claude Dauphin) que pide ayuda para poder volver a París en primavera, porque no puede perderse esa maravilla de romanticismo, alegría de vivir y bla-bla-bla que es la capital francesa en esa época del año.
Lo más interesante de este título está en que la misma película se encargará de desmontar dichos tópicos de franceses enamoradizos, terrazas chic y Tour Eiffel ubicua que constituía ya entonces, y por lo que se ve sigue así, el constructo de París en el cine, por lo menos en el cine que no es francés.
Dicho así suena bien, pero realmente, hasta que se llega a la propia capital francesa, transcurren tres cuartas partes del metraje en las que vemos cómo se conocen (y supuestamente se enamoran) el diplomático (Bolger) y Ethel, una corista a que él mismo ha invitado - por error - a viajar a un prestigioso certamen de arte, en representación de Estados Unidos.
Pero esta parte de la historia no está muy bien construida: una joven y guapa Doris Day, que - no sabemos por qué mágico encanto - se enamora de un hombre muy poco atractivo (el atractivo físico de ella es muy importante, el de él, por algún motivo, no importa nada) que no para de meter la pata: primero le dice que no puede ir a París porque todo es un error, después la traiciona repetidamente, y se dedica a fingir delante de su novia oficial (porque sí, no solo tiene una mujer guapa enamorada de él, tiene dos) que no hay nada entre ellos...
Los números musicales no son especialmente memorables, aunque sí muy correctos, a lo que contribuye que Bolger era un gran bailarín y Day una cantante extraordinaria.
Si las escenas románticas y cómicas no son lo más logrado, hay momentos que sí recordaré, como el de la canción "April in Paris" cantada en una terraza parisina, en un día de frío y viento (algo bastante parecido al clima del París real) y la fiesta que las coristas preparan a su compañera porque están orgullosas de que una corista represente al mundo del espectáculo.
En definitiva una película que se deja ver con agrado, con algunas frases ingeniosas, números musicales muy correctos y unos cuantos puntos de guión que no acaban de cerrar, pero que se puede disfrutar.
Lo más interesante de este título está en que la misma película se encargará de desmontar dichos tópicos de franceses enamoradizos, terrazas chic y Tour Eiffel ubicua que constituía ya entonces, y por lo que se ve sigue así, el constructo de París en el cine, por lo menos en el cine que no es francés.
Dicho así suena bien, pero realmente, hasta que se llega a la propia capital francesa, transcurren tres cuartas partes del metraje en las que vemos cómo se conocen (y supuestamente se enamoran) el diplomático (Bolger) y Ethel, una corista a que él mismo ha invitado - por error - a viajar a un prestigioso certamen de arte, en representación de Estados Unidos.
Pero esta parte de la historia no está muy bien construida: una joven y guapa Doris Day, que - no sabemos por qué mágico encanto - se enamora de un hombre muy poco atractivo (el atractivo físico de ella es muy importante, el de él, por algún motivo, no importa nada) que no para de meter la pata: primero le dice que no puede ir a París porque todo es un error, después la traiciona repetidamente, y se dedica a fingir delante de su novia oficial (porque sí, no solo tiene una mujer guapa enamorada de él, tiene dos) que no hay nada entre ellos...
Los números musicales no son especialmente memorables, aunque sí muy correctos, a lo que contribuye que Bolger era un gran bailarín y Day una cantante extraordinaria.
Si las escenas románticas y cómicas no son lo más logrado, hay momentos que sí recordaré, como el de la canción "April in Paris" cantada en una terraza parisina, en un día de frío y viento (algo bastante parecido al clima del París real) y la fiesta que las coristas preparan a su compañera porque están orgullosas de que una corista represente al mundo del espectáculo.
En definitiva una película que se deja ver con agrado, con algunas frases ingeniosas, números musicales muy correctos y unos cuantos puntos de guión que no acaban de cerrar, pero que se puede disfrutar.
