Bendita sea la madre que parió a ese vecino arisco, patriota y racista. Malditos sean los que doblaron a los chinos, morenos y espaldas-mojadas.

En esas dos frases se puede resumir esta crítica. Crítica de alguien que salió del cine maravillado por lo que Don Clint Eastwood es capaz de hacer. Con una sonrisa perenne durante los 116 minutos de película por el excelente guión protagonista. Con un raro sabor agridulce no producido por la cantidad de comida asiática que pasó por sus narices, sinó por la sensación de tomadura de pelo en los doblajes.

Creo que una superproducción americana no se puede permitir tal desliz. No es un pequeño error que se pueda dejar pasar. No es una chaqueta con la cremallera subida a medias que en el siguiente plano está un par de dedos más baja. Son 116 minutos de penosos doblajes y tristes traducciones. De actores secundarios pésimos y extras insultantemente incompetentes.

En castellano, el 9 de mi nota se daría la vuelta, ofendido, y dejaría a la película con un penoso "interesante", probablemente porque a más de uno le podría interesar hasta que nivel puede llegar la estupidez de algunos españoles.

En inglés, el 9 puede que quiera crecer a 10. Pero no se lo permitiré. No hasta que personal decente vuelva a doblar este gran film. No hasta todos los hispanoparlantes podamos disfrutar de esta maravilla de película en nuestra lengua materna...

Así que me parece que el 9 va para largo...