Hablar del El Padrino, es hablar de cine en palabras mayores, este film brillantemente rodado, con una puesta en escena imponente, actuaciones de maxima categoría, con un realismo inusual, resulta exquisita para cualquier tipo de paladar cinematográfico.

Nadie sale indiferente después de ver El Padrino, Marlon Brando siempre tendrá un lugar privilegiado en la historia del cine como Vito Corleone. Un Pacino prematuro se exhibe en el papel de Michael Corleone, el hijo más inteligente pero más débil (en apariencia), estas dos actuaciones de los protagonistas son sobresalientes, con una direccion magnífica, y un guión exquisito.
Perfectamente secundadas por actuaciones igualmente míticas como la de James Caan como el hijo duro, el heredero del imperio.
La de Richard S. Castellano como Clemenza el amigo de siempre, primer capitan de la organización, y el hombre de confianza de Vito.
O la de Robert Duvall como Tom Hagen el Consigliere, abogado de la familia. Inolvidable la escena con el director de cine...

En fin, una obra maestra sin contestación alguna, legendaria.