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5
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November 6, 2010
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Porque si existen las españoladas, las italianadas, las francesadas... ¿por qué no las "rusadas"?
Benditas risas (hasta las lágrimas) que nos hemos echado con una de las películas más populares (más de 60 millones de espectadores) de la historia del cine soviético. Si es que en el fondo, los rusos eran unos frikazos. Imposible abordar con seriedad una película cuya secuencia de productora es un hombre rodeándose la cabeza con el brazo y asustado por su propia mano.
Pero cuando es la propia película la que es incapaz de tomarse en serio a sí misma, es mucho más fácil dejarse llevar. Tras un comienzo un pelín soso (para introducir la historia), el despiporre es total. Mareo y psicodelia visual-narrativa a mansalva, música propia de una película con Alfredo Landa, miradas al espectador, cámara rápida y gestualidad exagerada. Benny Hill era un aficionado comparado con estos rusos.
Imposible enumerar los chistes: la interminable persecución de los "demonios" en el castillo del zar; las reverencias de la embajada sueca, el desfile de las tropas rumbo de Crimea o los números musicales de la orquesta real, que amenizan banquetes repletos de caviar. Humor visual, infantil, tonto, sin aditivos: 100% humor.
"Gracias por la atención prestada". Ha sido un placer.
Benditas risas (hasta las lágrimas) que nos hemos echado con una de las películas más populares (más de 60 millones de espectadores) de la historia del cine soviético. Si es que en el fondo, los rusos eran unos frikazos. Imposible abordar con seriedad una película cuya secuencia de productora es un hombre rodeándose la cabeza con el brazo y asustado por su propia mano.
Pero cuando es la propia película la que es incapaz de tomarse en serio a sí misma, es mucho más fácil dejarse llevar. Tras un comienzo un pelín soso (para introducir la historia), el despiporre es total. Mareo y psicodelia visual-narrativa a mansalva, música propia de una película con Alfredo Landa, miradas al espectador, cámara rápida y gestualidad exagerada. Benny Hill era un aficionado comparado con estos rusos.
Imposible enumerar los chistes: la interminable persecución de los "demonios" en el castillo del zar; las reverencias de la embajada sueca, el desfile de las tropas rumbo de Crimea o los números musicales de la orquesta real, que amenizan banquetes repletos de caviar. Humor visual, infantil, tonto, sin aditivos: 100% humor.
"Gracias por la atención prestada". Ha sido un placer.