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pepe fuentes rating:
9
Drama King Henry II of England has trouble with the Church. When the Archbishop of Canterbury dies, he has a brilliant idea. Rather than appoint another pious cleric loyal to Rome and the Church, he will appoint his old drinking and wenching buddy, Thomas Becket, technically a deacon of the church, to the post. Unfortunately, Becket takes the job seriously and provides abler opposition to Henry than his predecessors were able to do. This ... [+]
Language of the review:
  • es
January 31, 2021
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Dos enormes personajes y dos actores a la altura de esa grandeza. Una puesta en escena sobria, bien modulada en cuanto al tempo narrativo, y de una belleza formal plena de matices, tanto decorados como vestuario y ambientación de época. Una película clásica en su más amplia y brillante acepción. Enrique II Plantegenet, rey de Inglaterra, y Thomas Becket, canciller y después arzobispo de Canterbury, primado de la Iglesia de Inglaterra, entablan una disputa agria y peligrosa donde se juegan valores morales, políticos, principios y, sobre todo, afectos y pasiones. El guion es fiel a los hechos históricos en los que participaron ambos personajes. La paradójica circunstancia de la controversia se da en el hecho de que Becket, a la sazón canciller real, apoyaba a Enrique en su enfrentamiento con la Iglesia en el propósito de establecer una nítida separación de poderes y hacer prevalecer la jurisdicción civil sobre la religiosa o, dicho de otro modo, poder gobernar el país sin la sombra permanente de la Iglesia. Sin embargo, al nombrar a Becket, a quien admiraba y quería, Arzobispo de Canterbury, provoca un enfrentamiento irreductible entre ambos. Lo que subyace en la historia, contada admirablemente por Glenville, no solo es la eterna pugna por el poder, sino, además, la desgarrada ruptura entre dos personajes que se habían querido y admirado. Dialécticamente es interesante observar cómo los firmes creyentes, o no tanto, son capaces de alistar al mismísimo Dios a su lado en nombre de la fe; de su fe, claro. No solía haber objeciones a tan desmesurado y ridículo argumento, normalmente con intenciones espurias, como es el caso. Película grande, sin duda, que sin ayuda de plataformas como Filmin (en este caso) ya no se podría disfrutar.
pepe fuentes
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