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Poland Poland · Galitzia
Valkiria rating:
4
Thriller. Mystery A simple enough question, but how Jonathan McQuarry (Ewan McGregor) answers it will change his life forever. A corporate auditor adrift in a sea of New York's power elite, Jonathan's work is his entire life. But a chance meeting with Wyatt Bose (Hugh Jackman), a charismatic corporate lawyer, introduces Jonathan to a decadent playground for Manhattan's executive upper crust. For these power brokers, whose eighteen-hour workdays leave no ... [+]
Language of the review:
  • es
November 8, 2013
1 of 1 users found this review helpful
Muy floja.
Bastante pretenciosa además.
Absurdo desenlace.
No hay nada tan poco creíble como el final de la cinta.
Eso sí, queda constatado que Madrid es una bonita ciudad.

Hugh Jackman no es santo de mi devoción pero puedo reconocer que los papeles de malo le calzan bastante bien. Así lo creo luego de su intervención en la película de Woody Allen junto a Scarlett Johansson, Scoop, y luego de visionar este thriller pedante de Langenegger.

Ewan McGregor recoge papeles, últimamente, de héroe por accidente, pusilánime fracasado y tonto del bote. He aquí la muestra y más atrás en The Ghost Writer de Polanski o en la muy chorras Tránsito o Stay de Marc Forster.

Por último, Michelle Williams sigue cogiendo carrerilla para catapultarse a lo alto de la interpretación, pero dudo que llegue a encaramarse a la cima. Tiene demasiada cara de pan. Y aquí, luce palmito para prodigarse poco más.

La complicación de la trama raya lo extremo. Forzar situaciones para volverlas inverosímiles desacreditan un trabajo que a priori resultaría interesante de no ser por la metedura de pata que retuerce tanto el guión. Me cabrea bastante que los directores, por puro efectismo, destrocen su propia obra por, quizás, codicia y prepotencia. Hacer de lo sencillo un arte, parece ser, no es máxima para estos encantadores de serpientes.

Sin embargo, lo bueno de la película es la lista en sí. Interesante media hora la que protagoniza el elitista club privado del sexo en el que se involucra McGregor. Resulta ser, al final, sólo un señuelo que el propio guión descarta de la trama principal, momento en que ésta se precipita a ese vacío de excesos inverosímiles hasta para el más crédulo. Otra vez, nos han querido vender la moto.

Pero no cuela.
Valkiria
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