Estupenda película de aventuras medievales la que nos regalan Ridley Scott y Russell Crowe que, con la excusa de mostrarnos cómo pudo ser el origen del mito de Robin Hood, nos sumerge en una sensacional recreación de la Europa medieval del siglo XII, con especial énfasis en su aspecto bélico. Y lo hacen sin olvidar arropar a la criatura con un guión interesante y coherente. Curiosa la idea de vincular a Robin con la Carta Magna y los inicios del parlamentarismo británico. Pero eso es casi lo de menos.

Crowe demuestra una vez más que, desde que se batiera en cobre en los bosques de Germania y en las arenas del anfiteatro Flavio, no hay actor capaz de hacerle sombra a lomos de un caballo y empuñando una espada y que ha tomado las necesarias clases de tiro para desenvolverse con soltura empuñando un arco largo inglés.

A pesar de su larga duración, la película no se hace pesada en ningún momento, mantiene el pulso y el interés, las batallas y luchas cuerpo a cuerpo son de las mejores que he visto en mucho tiempo y el cuidado diseño de producción hace que disfrutes de cada plano.

Lo único que me rechina un poco es la aparición de la banda de "proscritos juveniles" en la batalla final y el calco del desembarco de "Salvar al soldado Ryan" (pelín forzado lo de los lanchones, pero bueno... mayores anacronismos había en "Gladiator"). Eso me impide darle un 9, pero la considero una película totalmente recomendable.