Bueno, pues ya llegó, ya está aquí, la esperadísima, la deseada, la ansiada (redoble de tambores) El despertar de la fuerza. La gran esperanza de una saga legendaria, que para la mayoría de los que somos adoradores de este pedazo de felicidad que son estas películas, se malogró con la trilogía I,II y III.
Ahora Star Wars ha vuelto. Es la de siempre, la que todos tenemos guardados en nuestro corazón desde que, en nuestra infancia o juventud, disfrutamos los combates con espadas laser en planetas imposibles o pilotando junto a Han Solo, el mítico Halcón Milenario a la velocidad de la luz.
Esta entrega comienza dando maná maravilloso a los devotos de esta religión con una de las fanfarrias más espectaculares del mundo del cine. Y ese título y ese texto, que en amarillo casi chillón, discurren a lo largo de la pantalla, introduciéndonos en la historia. Es todo un saludo al dios cine hecho celuloide.

No quiero escribir aquí la sinopsis. El que quiera saber cuál es el argumento que vaya a verla. Simplemente certificar, como muchos otros ya han hecho, que es casi una copia del capítulo IV (la primera parte de la primera trilogía que salió a la luz, que es la segunda de la saga...puff me mareo). Pero quizá, aunque el argumento es muy similar y eso sea muy criticable, motivo de sobra para arremeter, como siempre hemos hecho, contra estos guionistas de Hollywood que perdieron la imaginación hace bastantes lustros, a pesar de todo eso, la película no defrauda. Y eso es toda una victoria, dadas las expectativas que genera un tipo de largometraje de este estilo y más éste, tan esperado.
Para los que, como yo, tenemos treinta y tantos ya cercanos a la temible barrera de los cuarenta, que hemos pasado esa euforia inocente y llena de adrenalina de la adolescencia y la juventud veinteañera, nos acercamos a esta película de otra forma, más serenos, con la convicción de que es nuestra. Es un pedazo de nuestro corazón que nos devuelve a esos ochenta vividos en un mundo poblado de criaturas, guerreros jedi, frases míticas grabadas a fuego, el poder de la Fuerza, luchas con espadas laser, Yoda, una terna de protagonistas inolvidables y, por supuesto, uno de los villanos mejor conseguidos de todos los tiempos: Darth Vader.

Para los que estén en mi misma situación va mi crítica. La película es un film de aventuras prototípico: héroes, heroínas, villanos, acción, humor. Para los que gusten de este tipo de películas, aunque hayan vivido en el Himalaya y desconozcan esta saga, encontrarán todos los elementos para disfrutar, ya que cumple perfectamente las expectativas y permite disfrutar dos horas muy entretenido.
Citar algunos puntos negativos.
El malo que prometía al principio y que casi había conseguido llegar al nivel de Darth, se desinfla y se convierte en un tontorrón inseguro cuasi adolescente (nada que ver con esa imponente presencia y seguridad que transmitía Vader, no conseguirán en esta franquicia lograr un villano con tal carisma). Han Solo y sobre todo Leia están viejísimos (normal) y se nota mucho, una pena.
Hecho de menos más aparición de C3PO y RD2D. Lo de Luke Skywalker...en fin, no digo nada.
Como puntos a destacar: la heroína me ha sorprendido, sostiene gran parte de la película y de manera notable, con un dramatismo contenido y una presencia escénica que se transmite (no se puede decir lo mismo de su compañero, el storm trooper). Y Han Solo y Chewebacca, ellos dos solos son un aliciente para ver esta peli, pero no aparecen tanto como a mi me hubiera gustado.

Por último, querría terminar confesando que hace tiempo perdí ese chispazo que hacen estallar estas películas de aventuras. Los estallidos, las explosiones, las acrobacias, los villanos torpes que nunca consiguen lo que quieren, todo ello me provoca el bostezo. Ya no es igual.
Pero no aquí, desde que comenzó la banda sonora, supe que esto no iba a ser lo mismo. Volver a ver a Han Solo y Chewie junto a la princesa Leia hizo que todo mereciera la pena. Regresaba a una época casi olvidada.
Volvíamos a casa.