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7.2
8,126
Animation. Sci-Fi. Action. Fantasy
Batou is a living cyborg. His whole body, even his arms and legs are entirely man-made. What only remains are traces of his brain and the memories of a woman. In an era when the boundary between humans and machines has become infinitely vague, Humans have forgotten that they are humans. This is the debauchery of the lonesome "ghost" of a man, who nevertheless seeks to retain humanity. Innocence... Is what life is.
Language of the review:
- es
March 31, 2014
6 of 6 users found this review helpful
No supera a la anterior porque es técnicamente imposible, Oshii con GitS 1 cuadró el círculo he hizo un producto casi casi perfecto sobre el ciber-punk y la adaptación de Shirow al anime. Todo funcionaba y por ello copió el mismo tiempo, los mismos recursos, en esta segunda entrega.
Quizás hubiera pedido mayor creatividad a la hora de desarrollar la historia y no esperar los planos y tiempos que se sucedían en la primera parte y ahora en esta ocurre exactamente igual.
No se si la intención de Oshii era dar sensación de bloque con la primera parte o simplemente el miedo de "cagarla" si se hubiera salido de las formas de la primera parte pero ni la historia ni los personajes son los de la primera y por tanto el tratamiento debería de haber sido algo distinto.
No obstante estamos ante una obra bellísima y compleja que nunca entenderemos en su totalidad, más profunda y reflexiva que la primera parte, abusa un poco del diseño 3D pero la animación es sublime y la música de Kawai continúa llevándonos por ese mundo futurista que ahora es algo más, más barroco y más como la obra de Gibson, como su Neuromante.
Quizás hubiera pedido mayor creatividad a la hora de desarrollar la historia y no esperar los planos y tiempos que se sucedían en la primera parte y ahora en esta ocurre exactamente igual.
No se si la intención de Oshii era dar sensación de bloque con la primera parte o simplemente el miedo de "cagarla" si se hubiera salido de las formas de la primera parte pero ni la historia ni los personajes son los de la primera y por tanto el tratamiento debería de haber sido algo distinto.
No obstante estamos ante una obra bellísima y compleja que nunca entenderemos en su totalidad, más profunda y reflexiva que la primera parte, abusa un poco del diseño 3D pero la animación es sublime y la música de Kawai continúa llevándonos por ese mundo futurista que ahora es algo más, más barroco y más como la obra de Gibson, como su Neuromante.